En las últimas semanas, el mundo ha temblado. Donald Trump, con su estilo ya conocido de decisiones unilaterales y espectaculares, ha ordenado bombardeos sobre instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán. La noticia cruzó fronteras y ha encendido todas las alarmas: ¿nos encontramos ante el umbral de la Tercera Guerra Mundial? Parece que no pero…
Para muchos, la reacción instintiva es apoyar este tipo de acciones: Irán es un régimen teocrático radical, sus líderes han coqueteado con la aniquilación de Israel, han financiado grupos terroristas y su programa nuclear es una amenaza real para la estabilidad del mundo libre.