El arzobispo de Tarragona se desmarca de la petición de adelanto electoral del presidente de la Conferencia Episcopal

Dudosa unidad se respira estos días en la calle Añastro -sede de la Conferencia Episcopal Española- tras las contundentes declaraciones del presidentde de la Conferencia Episcopal Española-

Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONA

Hasta en dos ocasiones monseñor Luis Argüello ha reclamado un adelanto de las elecciones en España a consecuencia de toda la corrupción que golpea al Gobierno de España y al presidente Pedro Sánchez. Argüello contó con el respaldo de su secretario general, el obispo auxiliar de Toledo César García Magán, y de buena parte de los Obispos que forman parte del núcleo duro de la CEE.

Mientras tanto, llama la atención el silencio del vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal José Cobo, aunque sí hay algunos obispos del bloque progresista del episcopado español que han salido con inusual celeridad a desmarcarse de Argüello y compañía.

Planellas rompe la unidad

«No comparto las declaraciones del presidente ni las del secretario general y portavoz, Francisco García Magán», manifestó Planellas al Diari de Tarragona. En su opinión, tales pronunciamientos no reflejan una posición consensuada del episcopado. «Argüello no podía hacer esas declaraciones en nombre de todos los obispos sin haber debatido previamente este asunto en la Comisión Permanente», añadió, señalando que dicha reunión tuvo lugar esta misma semana en Madrid.

Planellas subrayó que, por tanto, Argüello solo puede hablar en calidad de arzobispo de Valladolid, pero no en nombre de toda la Conferencia Episcopal. «No hay una posición común entre los obispos», recalcó.

El arzobispo de Tarragona también recordó que Francisco García Magán no estuvo presente en la Comisión Permanente, ya que se encontraba fuera del país, participando en un encuentro internacional de conferencias episcopales europeas.

Sobre el papel de la Iglesia en la vida pública, Planellas fue contundente: «Debemos combatir la corrupción y exigir responsabilidades donde sea necesario —en la Iglesia, la política o las empresas—, pero sin caer en la política partidista, tal como establece la constitución pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II».

Durante la Comisión Permanente de esta semana, los 25 obispos asistentes debatieron sobre asuntos como el Plan Priva de atención y reparación a las víctimas de abusos, la regularización de inmigrantes en situación irregular y la posible creación de una oficina para denunciar delitos de odio y discriminación por motivos religiosos.