Por su interés, destacamos una artículo de opinión publicada ayer en www.wmbriggs.com.
En un artículo publicado en su blog, William M. Briggs, un estadístico conocido por sus opiniones controvertidas, aborda el tema de la violencia armada en Estados Unidos y la influencia de lo que él denomina "transanity", un término que utiliza para describir lo que considera una desviación de la realidad en el tratamiento de cuestiones de identidad de género por parte de médicos y expertos. Briggs sostiene que la violencia armada no es causada por la disponibilidad de armas, sino por cambios en el comportamiento humano, y critica a los profesionales de la salud por su papel en lo que él percibe como la normalización de la locura.
Briggs recuerda su infancia, cuando las armas eran comunes en las escuelas y se usaban para actividades recreativas sin incidentes violentos. Según él, la dificultad actual para obtener armas no ha frenado los tiroteos masivos, lo que sugiere que el problema radica en las personas y no en las armas. Critica a los médicos y expertos por no reconocer la locura de sus pacientes y, en cambio, validarla, lo que, según él, contribuye a la violencia.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAEl artículo también menciona un fallo de la Corte Suprema del Reino Unido que definió el sexo en términos biológicos en la Ley de Igualdad de 2010, una decisión que no fue bien recibida por algunas universidades. Estas instituciones, que Briggs describe como "nidos de expertos", rechazaron la idea de que las mujeres y los feministas estén en desacuerdo con las personas trans, defendiendo que la feminidad es una experiencia vivida y no una cuestión biológica o legal.
Briggs critica la reacción de los expertos ante el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso US v. Skrmetti, que permitió una ley de Tennessee que prohíbe ciertos tratamientos para menores en el contexto de la identidad de género. La Academia Americana de Pediatría defendió el cuidado afirmativo de género como necesario, basado en investigaciones revisadas por pares y consenso científico, lo que Briggs desestima como "basura".
El autor argumenta que los médicos no deberían decidir los tratamientos basados únicamente en su formación, sugiriendo que la pandemia de COVID-19 debería haber enseñado la importancia de cuestionar la autoridad médica. Describe a los médicos como "mecánicos del cuerpo" y critica a aquellos que priorizan la fantasía sobre la realidad, calificándolos de ignorantes y peligrosos.
Finalmente, Briggs hace un llamamiento a la acción contra lo que él ve como una amenaza de los expertos y médicos que promueven lo que considera una desviación de la realidad, instando a sus lectores a apoyar su sitio web a través de donaciones.
