Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, una congregación de origen estadounidense, inauguran su primer convento en España, sumando así su decimonovena fundación en 35 años.
La congregación religiosa de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María, fundada en 1990 por la religiosa nicaragüense Adela Galindo en la archidiócesis de Miami, ha establecido su presencia en España con la apertura de un nuevo convento en Santander. Esta comunidad, compuesta por tres religiosas, colaborará estrechamente con el Cabildo en la pastoral de la catedral cántabra. El pasado 22 de agosto, se celebró una misa de bienvenida en el templo catedralicio, a la que asistió la fundadora de la congregación. Durante el evento, el obispado expresó: «La diócesis de Santander, con nuestro obispo, D. Arturo Ros, a la cabeza, desea enviar un afectuoso mensaje de bienvenida a las tres hermanas que esta semana se incorporan a la vida diocesana en varias labores pastorales y de apoyo».
Esta fundación en Santander representa la decimonovena casa de la congregación en apenas 35 años, expandiendo su presencia a nivel internacional, ya que anteriormente estaban establecidas en Estados Unidos, Italia, Paraguay y Polonia. El carisma de la congregación se centra en la adoración y contemplación eucarística, la apertura al Espíritu Santo, y la consagración al Corazón de María, buscando encarnar la maternidad de Nuestra Señora en el corazón de la Iglesia. Según su página web, las hermanas buscan «amar, pensar y vivir en el corazón de la Iglesia», promoviendo la conversión diaria y el servicio humilde.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONALas Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María se dedican a diversos campos de apostolado, incluyendo la dirección de oficinas diocesanas, la enseñanza en escuelas católicas, y el ministerio con jóvenes y adultos. Además, organizan congresos internacionales y participan activamente en la Nueva Evangelización a través de los medios de comunicación. Su misión también incluye fomentar un mayor amor al Señor en la Eucaristía y a Nuestra Señora mediante Cenáculos Eucarísticos y grupos de oración.
