El obispo emérito de San Cristóbal, Mario Moronta, falleció el 4 de agosto, dejando un legado de dedicación pastoral y defensa de los derechos humanos en Venezuela, reconocido por fieles y clero.
El pasado 4 de agosto, la Iglesia en Venezuela despidió al obispo Mario del Valle Moronta Rodríguez, quien falleció dejando un legado significativo como obispo emérito de San Cristóbal. Reconocido por su dedicación y compromiso, Moronta fue descrito como un "incansable pastor al servicio de la Iglesia". Su labor pastoral y su testimonio de fe han sido ampliamente valorados por los fieles y el clero.
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Durante su ministerio, el obispo Moronta se destacó por su cercanía con las comunidades locales y su defensa de los derechos humanos. Su liderazgo en tiempos difíciles para Venezuela fue crucial, brindando apoyo espiritual y material a quienes más lo necesitaban. Además, promovió el diálogo y la reconciliación en un contexto social y político complejo.
La ceremonia de despedida congregó a numerosos fieles, sacerdotes y obispos que quisieron rendir homenaje a su vida y obra. En este emotivo acto, se recordó su incansable labor pastoral y su profundo amor por la Iglesia. La figura del obispo Moronta deja una huella imborrable en la diócesis de San Cristóbal y en toda Venezuela.
El Papa León XIV envió sus condolencias a través de un mensaje en el que destacó la entrega del obispo Moronta al servicio del Evangelio. El Santo Padre subrayó la importancia de seguir el ejemplo de dedicación y fe que caracterizó al difunto prelado. La comunidad eclesial venezolana se une en oración por el eterno descanso de quien fuera un verdadero servidor y testigo del amor cristiano.
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