San Sebastián defiende su consagración al Sagrado Corazón de Jesús

San Sebastián defiende su consagración al Sagrado Corazón de Jesús

El monumento al Sagrado Corazón de Jesús, que desde hace setenta y cinco años corona el monte Urgull en San Sebastián, se ha visto envuelto en polémica tras la petición de EH Bildu y Elkarrekin Podemos de su retirada, apelando a la Ley de Memoria Democrática. Frente a ello, el Obispo de San Sebastián, Mons. Fernando Prado, ha defendido su valor religioso, histórico y reconciliador. El alcalde Eneko Goia y la mayoría del consistorio se oponen al derribo, respaldados por una importante movilización ciudadana. En una carta pastoral publicada el 4 de junio, Mons. Prado refuerza la legitimidad espiritual del monumento, negando su carácter ideológico y recordando su origen anterior a la Guerra Civil.

En su carta pastoral titulada La memoria en el corazón, Mons. Fernando Prado subraya que la idea del monumento nació en 1926, inspirada por la devoción popular y promovida por la Iglesia, sin ninguna vinculación con propaganda política. Recuerda que la devoción al Corazón de Jesús en Gipuzkoa se remonta al siglo XVIII, con más de doscientas cofradías ya entonces activas. La iniciativa fue retomada en distintas etapas, siempre por impulso eclesial y con el apoyo económico de los fieles, culminando en la inauguración de 1950 sin presencia del régimen ni de símbolos políticos.

El obispo insiste en que el monumento responde a una espiritualidad viva, testimoniada por generaciones de donostiarras, y constituye un lugar de oración, consuelo y fraternidad. Señala que el intento de suprimir la imagen por considerarla franquista supone una lectura ideológica y errónea de los hechos, contraria a la verdad histórica y al respeto por la libertad religiosa. La estatua, con sus 28,8 metros, se ha convertido en símbolo visible de la fe y de la identidad cultural de la ciudad.

Asimismo, el prelado advierte del riesgo de confundir la memoria democrática con la cancelación de símbolos legítimos. Equipara esta propuesta con la idea absurda de demoler iglesias o centros educativos solo por haber sido construidos durante la dictadura. A su juicio, la permanencia del monumento es signo de madurez cívica, capaz de integrar la historia sin exclusiones, y de sostener una convivencia basada en la reconciliación y la verdad.

Con ocasión del 75º aniversario, la diócesis ha programado una serie de actos religiosos y culturales en torno al Sagrado Corazón, manifestando así la vigencia de esta devoción. En palabras del obispo, “nuestro Sagrado Corazón de Urgull remite a un mensaje universal de amor, reconciliación y esperanza anclado en la historia local”. Por ello, invita a todos los donostiarras, sin excepción, a valorar este símbolo como signo de unidad y de apertura al prójimo.

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