Oración y meditación
Señor Jesús, aquí estoy delante de Ti, presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Vengo en este Domingo de Ramos, el día en que recordamos Tu entrada triunfal en Jerusalén, a adorarte, a alabarte y a pedirte que entres también hoy en mi vida, en mi corazón.
Señor Jesús, aquí estoy ante Ti, realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te adoro desde lo más profundo de mi ser. Creo firmemente que estás aquí, vivo y verdadero, aunque oculto a mis ojos. Vengo a tus pies en este Lunes Santo, al inicio de la Semana en que celebramos los misterios centrales de nuestra fe: tu Pasión, Muerte y Resurrección.
Señor Jesús, Pan de Vida Eterna, me arrodillo humildemente ante tu Presencia Sacramental. Te adoro con todo mi ser, reconociendo tu majestad divina oculta bajo el velo sencillo del pan. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo sobre todas las cosas. Vengo a tu encuentro en este Miércoles Santo, un día marcado por la sombra de la traición, pero también por la fidelidad de tu amor hasta el final.
Mi amado Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, fuente de toda vida y de todo bien, me postro hoy ante Tu Divina Majestad en este día tan especial en que me concedes la gracia de cumplir un año más de vida en este peregrinar terrenal. Mi corazón rebosa de gratitud y quiero elevar hacia Ti esta humilde oración, no con la elocuencia que mereces, sino con la sinceridad que brota de un hijo que se sabe amado por Ti.