En La Casa Betania, un centro de acogida para personas con discapacidad, voluntarios trabajan para derribar barreras del corazón y promover una sociedad más inclusiva. Este enfoque, que busca cambiar la percepción social hacia las personas con discapacidad, es impulsado por el compromiso de los voluntarios con los valores del Evangelio.
La Casa Betania se ha convertido en un símbolo de servicio y acogida, donde la caridad cristiana se manifiesta en acciones concretas. Los voluntarios de este centro ofrecen apoyo y compañía a las personas con discapacidad, mejorando su calidad de vida y enriqueciendo espiritualmente a la comunidad involucrada. La labor de estos voluntarios no solo se centra en la asistencia física, sino también en la transformación de las actitudes y mentalidades para fomentar una cultura de aceptación y encuentro.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAEl testimonio de un voluntario destaca la importancia de "derribar primero las barreras del corazón antes que las arquitectónicas". Este enfoque humano busca influir positivamente en la percepción social y combatir los prejuicios que aún persisten contra las personas con discapacidad. La Casa Betania, a través de su trabajo diario, se esfuerza por ser un faro de esperanza y cambio, inspirando a otros a promover una sociedad más justa e inclusiva.
El mensaje de los voluntarios en La Casa Betania es claro: la transformación de la sociedad comienza con el cambio en las mentalidades individuales. Inspirados en los valores del Evangelio, estos voluntarios nos recuerdan la importancia de reconocer la dignidad de cada persona y fomentar un encuentro genuino y respetuoso. Su compromiso refleja un profundo deseo de ver en cada individuo la imagen de Dios, promoviendo así una auténtica cultura del encuentro y la inclusión.
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