Durante la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV reflexionó sobre el misterio del Sábado Santo, subrayando la importancia del silencio y el descanso en la fe cristiana.
El Papa León XIV continuó hoy con las catequesis sobre “Jesús esperanza nuestra” durante la audiencia general en la plaza de San Pedro. En su reflexión, el Pontífice abordó el misterio del Sábado Santo, destacando que este día, aunque marcado por el silencio, es donde se cumple el misterio más profundo de la fe cristiana. Subrayó que el Sábado Santo es un día de descanso, conforme a la ley judía, y que Jesús, tras completar su obra de salvación, descansa no por cansancio, sino porque ha concluido su trabajo.
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El Papa Prevost explicó que el descanso del Sábado Santo es un gesto de confianza que debemos aprender a cumplir. En su catequesis, enfatizó que la vida no depende únicamente de nuestras acciones, sino también de nuestra capacidad para desistir de lo que hemos hecho. En el sepulcro, Jesús, la "Palabra viviente del Padre", guarda silencio, y en ese silencio comienza a fermentar la Vida Nueva. El Santo Padre destacó que Dios no teme al tiempo que pasa, pues es Señor también de la espera.
León XIV animó a los fieles a ver el tiempo de pausa y silencio como una oportunidad para la resurrección. Señaló que el Sábado Santo nos enseña a no apresurarnos en resurgir, sino a descansar y acoger el silencio. En su reflexión, el Papa destacó el ejemplo de la Virgen María, quien encarna la espera y la esperanza en el silencio del amor. Concluyó afirmando que la verdadera alegría nace de la espera habitada y de la fe paciente, asegurando que lo vivido en el amor resurgirá a la vida eterna.
