El Papa abre la puerta a la Misa tradicional
El anuncio procedente del Reino Unido ha provocado un auténtico seísmo en el mundo católico.
Seis meses después de su elección, el Papa León XIV ha dado a conocer que pretende poner fin a la marginación de los fieles vinculados al rito antiguo. Sin derogar Traditionis custodes, se dispone a conceder exenciones amplias y generosas, señal de un cambio profundo en la actitud de Roma hacia la liturgia tradicional.
Según varias fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, confirmadas por el sitio The Pillar, el nuncio apostólico, Mons. Miguel Maury Buendía, anunció a los obispos británicos que Roma adoptaría una aplicación mucho más flexible del motu proprio. El Papa, explicó, que no tiene intención de modificar jurídicamente el texto promulgado en 2021, pero considera que no hay motivo para excluir la misa tradicional cuando la Iglesia acoge una gran diversidad de ritos.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAEl mensaje transmitido a los obispos es claro: las solicitudes de dispensa serán ahora recibidas con benevolencia, y se invita al cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino, a actuar con generosidad. Estas declaraciones se producen en un contexto en el que las restricciones de Traditionis custodes habían dejado un panorama desigual y, a menudo, doloroso. En algunas diócesis, la liturgia tridentina continuaba sin problemas, mientras que en otras prácticamente había desaparecido. Muchos fieles vivían esta situación como una injusticia profunda, una forma de discriminación religiosa que los afectaba no por su doctrina, sino por su modo de rezar. Ciertos obispados habían recibido exenciones temporales, pero en tiempos de Francisco se daba por hecho que no se renovarían. Desde la elección de León XIV en mayo, se percibió de inmediato un cambio de ambiente. El dicasterio para el culto divino volvió a prorrogar exenciones y a conceder otras nuevas, alimentando la esperanza de una revisión más amplia de la política litúrgica.
Las revelaciones procedentes de Inglaterra confirman ahora que el Papa quiere dejar la puerta abierta a la liturgia tradicional, en lugar de cerrarla. Como informó una fuente presente en la reunión, la impresión transmitida por el nuncio era que León XIV no desea ni restringir ni sofocar la práctica del Vetus Ordo.
Para las comunidades afectadas durante varios años, esta decisión representa un signo de esperanza. Muchos ven en ello el fin de un clima de hostilidad tácita que pesaba sobre ellas. Estos fieles, a menudo jóvenes y fervientes, nunca habían pedido privilegios, sino simplemente la libertad de seguir rezando según un rito sostenido por generaciones de católicos y reconocido por la Iglesia. Al levantar los obstáculos excesivos y devolver la confianza a los obispos, León XIV marca un giro decisivo. El nuevo Papa no busca la confrontación. No revoca bruscamente las decisiones de su predecesor, pero corrige sus efectos más perjudiciales. Su enfoque, descrito por una fuente como “todos, todos, todos”, incluye explícitamente a los católicos vinculados a la misa tradicional. Este gesto no es solo administrativo: es pastoral, simbólico y profundamente unificador. Su objetivo es poner fin a años de tensiones inútiles, sanar heridas y devolver a la liturgia tradicional su lugar natural, no en los márgenes, sino en el corazón de la gran familia católica.
Con esta decisión, León XIV se impone como un Papa de reconciliación y de paz litúrgica. Para los fieles del rito antiguo, es un momento histórico, que marca quizá el comienzo de una nueva era en la que su fidelidad a la tradición ya no será motivo de sospecha, sino reconocida como una contribución legítima a la vida de la Iglesia.
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