Jesús Sanz alerta del peligro de la pornografía desde Covadonga: "Mata el alma y pervierte la mirada robando el horizonte de la pureza y la esperanza"

Jesús Sanz alerta del peligro de la pornografía desde Covadonga: "Mata el alma y pervierte la mirada robando el horizonte de la pureza y la esperanza"

Ninguna homilía del arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, tiene desperdicio, pero la que proclamó este pasado domingo en la misa de clausura de la II Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ) celebrada en Covadonga fue sublime.


Ante la presencia de unos dos mil jóvenes procedentes de toda España y varios países europeos, el prelado trazó un paralelo entre el momento actual y otros hitos históricos del cristianismo: “Estamos ante un inmenso desafío, como aquellos primeros cristianos con un Imperio decadente o los que aquí en Covadonga respondieron a la invasión musulmana”.

Una alternativa luminosa al mundo del poder, el dinero y la lujuria

Durante su homilía, monseñor Sanz denunció la corrupción moral que impera en gran parte del liderazgo político y cultural actual, recurriendo a palabras de T.S. Eliot: “Dejaron al verdadero Dios por tres dioses menores: el poder, el dinero y la lujuria”. El prelado alertó contra los peligros que afectan especialmente a los más jóvenes, como la pornografía, cuyo acceso precoz calificó como una auténtica “muerte del alma”.

Frente a esta deriva, ofreció la experiencia vivida en Covadonga como una respuesta profundamente distinta: “No hemos venido por un festival musical o una cita deportiva, sino para reconquistar lo que vale la pena”.

La Santina y una Reconquista interior

Enmarcada por el verdor del valle del Auseva y la presencia constante de la Santina, la homilía subrayó el sentido profundo del lema de este año: «Os daré un corazón nuevo». Con referencias a la Spe Salvi de Benedicto XVI y al testimonio de Santa Josefina Bakhita, monseñor Sanz ilustró cómo la fe en Cristo puede cambiar la vida incluso en medio del sufrimiento más extremo: “Dios me creó, me esperó, me amó”, repetía la santa africana.

La figura del joven beato Carlo Acutis también fue evocada como modelo para esta generación: “Impresiona verle con zapatillas deportivas, metido en internet, pero más aún su madurez cristiana en el amor a la Eucaristía”.

El Evangelio como respuesta al drama humano

Comentando las lecturas del domingo, el arzobispo presentó a Jesús como la única esperanza frente a las pesadillas humanas: “Jesús ha venido precisamente para enjugar nuestras lágrimas y romper el fatalismo de todos nuestros callejones sin salida”.

A los jóvenes presentes, les instó a ser “misioneros de la esperanza”, enviados “como Bakhita, como Carlo Acutis, como Clare Crockett” y tantos santos que, en palabras del prelado, “han reconquistado con la gracia lo que el mundo ha dejado perder”.

Una semilla para el futuro de la Iglesia

La JEMJ 2025 no termina, según monseñor Sanz, con una clausura, sino con un nuevo envío: “Nos ponemos en camino como testigos de la esperanza cristiana, preparando ya la siguiente cita”. Además, auguró que de este encuentro surgirán nuevas familias cristianas y vocaciones consagradas.

La homilía concluyó con una emotiva imagen mariana: María como custodia viviente de la Eucaristía, camino de Ain Karem, llevando a Jesús a los demás. “Salgamos a los caminos cotidianos para que salte de alegría lo mejor que nuestros hermanos llevan en su interior”, exhortó.

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