Adoración al Santísimo… en la playa: la última ocurrencia de la parroquia de Torre del Mar
Adoración al Santísimo… en la playa: la última ocurrencia de la parroquia de Torre del Mar

La parroquia de San Andrés Apóstol, en Torre del Mar (Málaga), ha trasladado su adoración al Santísimo Sacramento desde el templo parroquial hasta la playa. La iniciativa comenzó el pasado 23 de julio y se celebra cada miércoles hasta finales de agosto, en horario de 21:00 a 22:00, coincidiendo con la puesta de sol. Según los organizadores, la intención es “acercar esta práctica religiosa a un mayor número de personas” y ofrecer una “experiencia espiritual en un entorno natural”. La propuesta, aseguran, ha sido bien recibida por los asistentes.

Y ahora, vayamos al grano.

Porque esto no es otra cosa que otro episodio más del circo pastoral playero, donde la liturgia se disuelve en salitre y arena, y lo sagrado se banaliza en nombre de la “proximidad” y la “nueva evangelización”. El Santísimo Sacramento –¡el mismo Cristo vivo y real!– es trasladado como si fuera una atracción de feria, para “aprovechar el ambiente veraniego”. ¿Qué será lo próximo? ¿Confesiones en flotadores? ¿Bendiciones en bikini?

La adoración eucarística no es un recurso turístico ni una actividad estacional como el yoga al atardecer. Es un acto de culto, de reverencia y de silencio ante la Presencia Real del Señor. ¿Y qué encontramos aquí? El intento de “hacerlo más accesible”, como si el problema fuera el templo y no la falta de fe. Porque cuando uno cree de verdad que allí está Cristo, no necesita una puesta de sol o el rumor de las olas para ir a adorarlo: va al Sagrario. Punto.

Además, la estética del espectáculo es reveladora. ¿Por qué la necesidad de “un entorno natural”? ¿No será que, incapaces de mover corazones con la verdad y la reverencia, buscan emocionar con paisajes bonitos? ¿Acaso la fe ya no se transmite desde el altar, sino desde el marketing sensorial?

Y que nadie se atreva a decir que esto es “pastoral creativa” o una “adaptación a los tiempos”. Lo que estamos viendo es una claudicación del sentido del misterio y del respeto debido a la Eucaristía, reducido a un evento simpático entre chanclas, helados y selfies de turistas.

La adoración pública tiene su lugar: procesiones, actos litúrgicos extraordinarios, rogativas… Pero siempre con dignidad litúrgica, con preparación, y sobre todo con un marco que no contradiga el carácter sacro del acto. La playa podrá ser muy “natural”, pero no es ni remotamente apropiada para exponer al Rey del Universo.

La parroquia de San Andrés Apóstol, si de verdad quiere evangelizar, debería empezar por formar a sus fieles en el respeto, el silencio, y la centralidad del culto en el templo, no por convertir la adoración en una versión religiosa del chiringuito.

Porque cuando se pierde el sentido de lo sagrado, no nos acercamos a más almas. Lo que hacemos es alejarlas de la verdad, vendiéndoles una fe aguada, superficial y estacional, como una sombrilla alquilada por horas.

La fe no necesita adaptarse a la playa. Son los corazones los que necesitan convertirse y entrar al templo.

Comentarios
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Carlos B.
1 mes hace
Papa León. ¿También tú? El pasado 2 de agosto, cerca de un millón de jóvenes participaron en una adoración en Tor Vergata. En medio del campo.
Y el sermón de la montaña teniendo el templo de Jerusalén tan cerca...
La historia del cristianismo está llena de errores tan graves como el de Torre del mar
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Carlos B.
1 mes hace
Fuego amigo Qué barbaridad. ¿Sacar al Santísimo a la playa? Lo próximo que veremos, ¿Que será, hacer curaciones en sábado o comer con publicanos?
Estas adoraciones ya se realizaron el año pasado y son promovidas por la parroquia. Desde la diócesis de Málaga no han visto ningún problema en que se sigan haciendo. Con que a uno de los asistentes le haya servido para acercarse más a Dios, ya habrá merecido la pena. Quien soy yo para opinar sobre la labor pastoral de una parroquia.
No recuerdo que en el Evangelio aparezca ninguna objeción a reunirse con Jesús en una playa; más bien, al contrario. Lo que sí quiero recordar son Sus palabras: “Todo reino o casa dividida contra sí será desolado”.
Cuidado con el fuego amigo.
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Roberto Marín
1 mes hace
Criticar por criticar No me parce bien criticar algo bueno o muy bueno que se hace, sin conocer la realidad. Su opinión sobre el asunto comentado, creo que carece de la información necesaria. Sólo hace falta que hable con cualquiera de los participantes al acto de Adoración Eucarística que usted comenta. Ya han comentado más arriba muchos argumentos, y no voy a incidir en ellos, pues están muy bien explicados. Si quieren dar información veraz, no entiendo criticar a todo lo bueno que se hace. Es echarse tierra encima. Artículos como este harán que deje de seguirlos.
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Álvaro de Castro
1 mes hace
La iglesia, la calle o la playa Mire usted señora Buendía: no me parece nada bien que critique por criticar. La playa puede ser un sitio de oración como otro cualquiera. La playa, o la calle o el taller de costura. A ver si tengo que ir a la iglesia bien vestido para poder rezar o que mi oración valga más. Me parece que hay cosas que son criticables pero esto es criticar por criticar. Si a esa gente le ayuda y para acercar a Cristo está bien, que guarden el decoro y ya está. A ver si ahora vamos a ser fariseos!!
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Eugenia
1 mes hace
San Juan 4:20-26 Nuestros padres adoraron en este monte, y ustedes dicen que el lugar donde se debe adorar es Jerusalén.» Jesús le dijo: «Créeme, mujer, que viene la hora cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. Ustedes adoran lo que no saben; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Pero viene la hora, y ya llegó, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre busca que lo adoren tales adoradores. Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.» Le dijo la mujer: «Yo sé que el Mesías, llamado el Cristo, ha de venir; y que cuando él venga nos explicará todas las cosas.» Jesús le dijo: «Yo soy, el que habla contigo.»
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Eugenia
1 mes hace
parte 3 No solo agradezco está oportunidad, sino que pido porque sigan surgiendo más y más espacios que nos acerquen a la Iglesia, y no hablo de la Iglesia física, sino de la comunidad cristiana, que de manera tan natural y cercana adoraba al Señor desde una toalla, sentados en el suelo, en chanclas o incluso descalzos, con bañador o manguitos, permitiendo que la familia crezca, llevando a la gente incluso a viajar desde sus ciudades para adorarle desde lo pequeño y sencillo.
¡Que bonito es vivir en lo sencillo! o como dijo el Papá Francisco "Ser grande es aprender a ser pequeño", con lo que enfatiza la importancia de la humildad, la grandeza en la sencillez y el servicio a los demás.
También hablas de cómo buscamos "un entorno natural, siendo incapaces de mover corazones con la verdad y la reverencia", pero, ¿qué puede haber más grande que adorar al Santísimo Sacramento en torno a Su propia creación?
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Eugenia
1 mes hace
parte 2 No se pretende banalizar nada, ni mucho menos hacer de la Iglesia un circo ni un show turístico. Si así fuese, se podría decir que tanto la JMJ o el reciente Jubileo celebrado en Roma por el mismo Papá León XIV, no es más que una feria para llamar la atención como medio de “marketing sensorial”.
Todas estas prácticas no son más que una preciosa prueba del amor de Dios y de cómo a día de hoy Su Palabra sigue viva entre nosotros. Los jóvenes tienen sed de ella y cada adoración en la playa, en el campo, o incluso como dices “en un flotador” son una clara evidencia de que Él está en todas partes, además de en el Sagrario.
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Eugenia
1 mes hace
parte 1 El mismo Jesús evangelizaba en la playa, en el campo o donde fuese, con tal de compartir la Palabra allá donde fuera y al máximo número de personas posible.
En una ocasión estando rodeado de una gran multitud de gente, Jesús, no tuvo otra opción que subirse a una barca y continuar desde allí enseñando. “Luego se sentó en la barca y desde allí enseñaba a las multitudes” Lucas 5, 1-25.

Que bonito es que a día de hoy tengamos la suerte de seguir su legado de la misma forma, acercando el Evangelio a todo el que lo busque y necesite, o como dices a “cualquier turista con chanclas y bañador que pasara por allí”.
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Laura Moral
1 mes hace
La adoración no es show ni espectáculo, es reverencia ante Cristo. La playa puede ser hermosa, pero no sustituye la santidad del templo y la Eucaristía. La verdadera evangelización requiere respeto, silencio y fe profunda, no marketing sensorial.
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Inés Velasco
1 mes hace
La fe verdadera pide reverencia, no espectáculo ni marketing sensacionalista. La Eucaristía es un misterio sagrado, no un evento turístico para selfies o atardeceres. La auténtica evangelización comienza en el respeto al templo, no en banalizar lo santo.
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