Una reconstrucción más precisa del suceso ocurrido el martes 12 de agosto en la capilla de Adoración Perpetua de San Martín, en Valencia, desmiente que se tratara de un ataque islamista. Según un testigo presencial, fue protagonizado por una persona con evidentes alteraciones mentales, que agredió físicamente a los fieles, profirió insultos y causó destrozos materiales en el templo.
Fuentes iniciales atribuían el incidente a motivaciones religiosas, pero C.T., testigo directo, ha precisado que el autor era “un enfermo mental que gritaba que Dios le quería a ella y a nosotros no”. El sujeto —descrita como una persona con apariencia de transexual— irrumpió en el templo, se dirigió al altar y comenzó a lanzar objetos sagrados. Hubo agresiones físicas. “Me lanzó dos puñetazos cuando intenté apartarlo del altar”, declara C.T a Iglesia Noticias. Además, el agresor utilizó velas encendidas para arrojarlas contra los presentes. Con los cristales rotos y el aceite derramado en el suelo, varios fieles resbalaron y sufrieron cortes, entre ellos el propio testigo, que resultó herido en una mano.
Después de causar el tumulto dentro del templo, el individuo salió al exterior e increpó a quienes allí se encontraban. El párroco, en un mensaje difundido tras el suceso, anunció el cierre temporal de la capilla y solicitó oraciones, señalando que “los daños son mayores de lo que parece”.
Entre los presentes, una feligresa actuó con valentía al retirar el Santísimo Sacramento y trasladarlo a la Catedral de Valencia. Su intervención permitió preservar la dignidad eucarística en medio de la confusión. Este dato, confirmado por testigos y responsables parroquiales, ha sido uno de los pocos elementos coincidentes entre las primeras versiones y los hechos posteriormente verificados
El incidente ha suscitado numerosas reacciones en redes sociales. Algunos comentarios denuncian la falta de protección ante actos de violencia anticristiana, mientras que otros expresan sentimientos de reparación espiritual. Una usuaria escribió: “Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo; te pido perdón por todos los que no creen, no esperan y no te aman”.