El Viernes Santo se conmemora la Pasión del Señor sin celebrar la Eucaristía

El Viernes Santo, la Iglesia Católica conmemora la Pasión del Señor, un evento de profundo significado litúrgico que se celebra en iglesias de todo el mundo, sin celebrar la Eucaristía pero permitiendo la distribución de la Sagrada Comunión.
La ceremonia de la Pasión del Señor, que se realiza sin la celebración de la Eucaristía, incluye la distribución de la Sagrada Comunión, accesible también para los enfermos durante el día. Este acto litúrgico se caracteriza por su inicio y final en silencio, además de una postración inicial, manteniendo un orden riguroso que ha sido preservado a lo largo de los siglos.
La oración universal, parte integral de la ceremonia, refleja el valor universal del sacrificio de Cristo, con intenciones que subrayan la importancia de su pasión y muerte para la salvación de la humanidad. Además, el Vía Crucis y las procesiones de la Pasión, junto con el recuerdo de los dolores de la Virgen María, juegan un papel crucial en la piedad popular, asegurando que la tradición se mantenga viva y relevante para los fieles.
Este día también se considera significativo por simbolizar el nacimiento de la Iglesia del costado de Cristo, quien yace dormido en la Cruz. La estructura de la celebración de la Pasión del Señor contiene algunos de los ritos más antiguos de la vida eclesiástica, destacando el profundo respeto y sobrecogimiento ante el misterio que se celebra.
Finalmente, la oración universal del Viernes Santo sigue un texto y forma establecidos por la tradición, con intenciones que expresan el valor universal de la Pasión de Cristo. Los actos de piedad popular, como el Vía Crucis y las procesiones, así como los textos y cantos utilizados, deben alinearse con el espíritu de la liturgia del día, reforzando el sentido de unidad y redención entre los creyentes.
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