La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) ha elegido al arzobispo Gilbert Garcera, actual prelado de la archidiócesis de Lipa, como nuevo presidente del organismo episcopal para el próximo bienio.
La elección tuvo lugar el sábado 5 de julio durante la apertura de la 130ª asamblea plenaria de obispos, celebrada en la localidad de Anda, en la provincia de Bohol. Garcera, de 66 años, asumirá el cargo el 1 de diciembre, sucediendo al cardenal Pablo Virgilio David, de Kalookan, quien concluye su segundo y último mandato tras cuatro años al frente de la CBCP.
Junto a Garcera, el arzobispo Julius Tonel, de Zamboanga, fue designado como vicepresidente del organismo. Tonel, de 68 años, relevará al obispo Mylo Hubert Vergara de Pasig, también al término de su segundo mandato.
El nuevo presidente no es ajeno al trabajo colegiado de los obispos filipinos. Actualmente forma parte del Consejo Permanente de la CBCP como representante regional del sureste de Luzón. Desde su nombramiento como arzobispo de Lipa en 2017, ha servido a una comunidad católica de más de 3,3 millones de fieles. Previamente fue obispo de Daet y, antes de ello, sacerdote de la arquidiócesis de Cáceres, donde fue ordenado en 1983.
Garcera ha presidido comisiones clave del episcopado, como la de Misión y la de Familia y Vida. Además, cuenta con una trayectoria destacada en la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), donde lideró la Oficina de Laicos y Familia y coordinó el Seminario de Liderazgo Sinodal para Obispos Asiáticos. Participó también como delegado filipino en el Sínodo sobre la Familia celebrado en el Vaticano en 2014.
Por su parte, el arzobispo Tonel, nuevo vicepresidente de la CBCP, fue ordenado sacerdote en 1980 en la arquidiócesis de Davao. En 2007 fue nombrado obispo de Ipil, y en 2023 pasó a liderar la arquidiócesis de Zamboanga. En la CBCP ha presidido la Comisión de Liturgia y actualmente dirige el Comité de Asuntos de los Obispos.
Ambos obispos asumirán oficialmente sus nuevos roles el 1 de diciembre de 2025, guiando a la iglesia católica filipina en un contexto marcado por el fortalecimiento de la pastoral familiar y el compromiso social.
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