La familia real británica asistió al primer funeral católico de un miembro de la realeza desde el inicio del protestantismo, marcando un hito histórico en las relaciones ecuménicas.

El pasado martes, miembros de la familia real británica asistieron al funeral católico de Katharine, duquesa de Kent, en la Catedral de Westminster en Londres, rompiendo con siglos de protocolo. La duquesa, quien en sus últimos años prefería ser conocida como Katharine Kent, era reconocida por su labor benéfica y su participación en el torneo de tenis de Wimbledon, donde comenzó a entregar trofeos en la década de 1960. Criada en la fe anglicana, la duquesa se convirtió al catolicismo en 1994, una decisión que la apartó de la línea de sucesión. En una ocasión, describió su conversión como una "decisión personal largamente meditada" y elogió a la Iglesia Católica por ofrecerle "guía". Su hijo Nicholas también se convirtió al catolicismo en 2001.

Katharine Kent falleció el jueves pasado a los 92 años. Su viudo, el Príncipe Eduardo, duque de Kent, es nieto del Rey Jorge V y primo hermano de la fallecida Reina Isabel II. Ahora con 89 años, Eduardo y su difunta esposa, una maestra con un gran interés por la música, se casaron en 1961 y tuvieron tres hijos. El funeral de la duquesa es notable por ser la primera misa de réquiem católica a la que asisten miembros de la familia real británica desde la Reforma Protestante. No solo estuvo presente el Rey Carlos, gobernador supremo de la Iglesia de Inglaterra, sino también su hijo y heredero, el Príncipe Guillermo, y su nuera, Catherine, princesa de Gales. También asistieron otros miembros prominentes de la familia real.

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Catherine Pepinster, exeditora de The Tablet, un medio católico del Reino Unido, describió la presencia de Carlos como "un gran paso adelante en las relaciones ecuménicas". El Papa León XIV envió un mensaje que fue leído en el funeral. La conversión de la duquesa al catolicismo es significativa, ya que se cree que es la primera vez que un miembro de la familia real británica se convierte a la fe católica desde el siglo XVII. Según la BBC, en el funeral se interpretaron obras de Johann Sebastian Bach y el Ave Verum Corpus de Wolfgang Amadeus Mozart, bajo la supervisión del Cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales.

La Agencia Católica de Noticias (CNA) informó que en la década de 1970, la duquesa enfermó mientras estaba embarazada de su cuarto hijo y siguió el consejo médico para abortar. Posteriormente sufrió un aborto espontáneo. "En 1977, quedó embarazada nuevamente y en un discurso al Congreso Británico de Obstetricia declaró que 'la vida humana es un regalo divino y tiene un valor único', ya que cada nacimiento es un milagro. También rindió homenaje a quienes luchan por proteger la vida y la familia", informa CNA. "Sin embargo, perdió al bebé a las 36 semanas, una experiencia que describió como 'devastadora' y que consideró un castigo por el aborto realizado dos años antes".

Aunque el Rey Carlos ha sido reconocido por asistir al funeral de su pariente católica, también ha enfrentado críticas recientemente por iniciativas que contradicen los valores cristianos. En julio, Carlos deseó a sus seguidores en redes sociales un feliz mes del "orgullo". Además, envió un mensaje a los musulmanes para marcar el inicio del Ramadán en marzo mientras organizaba una cena "Iftar" en el Castillo Windsor, donde se escucharon oraciones islámicas. Carlos tenía previsto visitar al Papa Francisco en el Vaticano a principios de abril para participar en una ceremonia ecuménica sobre el "cuidado de la creación" en la Capilla Sixtina; sin embargo, esta decisión fue cancelada después debido a problemas logísticos.