El Papa León XIV reclama en la Solemnidad de Pedro y Pablo que los fieles fortalezcan su fe mediante el estudio y la oración

En su homilía, el Papa León XIV subrayó la relevancia de los santos Pedro y Pablo como pilares de la Iglesia, destacando su legado en la unidad, liderazgo, misión y evangelización del cristianismo.

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El Papa León XIV ha destacado la importancia de los santos Pedro y Pablo como pilares fundamentales de la Iglesia durante la celebración de la solemnidad que coincide este año con el décimo tercer domingo del tiempo ordinario. En su homilía, el Pontífice subrayó cómo el evangelio de san Mateo recoge la respuesta de Pedro a la pregunta del Señor sobre su identidad, lo que le confiere la dirección de la Iglesia. Este pasaje evangélico resalta el papel crucial de Pedro en la historia eclesial.

Pablo, por su parte, fue mencionado por el Papa como un complemento esencial a la figura de Pedro. El Sumo Pontífice enfatizó que ambos santos representan dos aspectos fundamentales del cristianismo: Pedro, como símbolo de unidad y liderazgo, y Pablo, como ejemplo de misión y evangelización. La combinación de sus legados ofrece una visión completa del mensaje cristiano y su expansión por el mundo.

Durante su alocución, el Santo Padre también recordó las enseñanzas y sacrificios realizados por estos dos apóstoles. Destacó cómo sus vidas y obras continúan siendo una fuente de inspiración para los fieles en todo el mundo. Además, animó a los presentes a seguir sus ejemplos en la vida diaria, promoviendo valores cristianos en sus comunidades.

En este contexto, León XIV hizo un llamamiento a los fieles para que reflexionen sobre el significado profundo de esta solemnidad. Invitó a todos a renovar su compromiso con los principios cristianos y a fortalecer su fe mediante el estudio y la oración. La celebración concluyó con una oración conjunta por la unidad y fortaleza de la Iglesia en tiempos actuales.

Finalmente, el Pontífice recordó que esta solemnidad no solo celebra las figuras históricas de Pedro y Pablo, sino también su legado vivo en cada creyente. Subrayó que cada uno está llamado a ser un pilar en su entorno, contribuyendo al crecimiento espiritual y comunitario desde su propia vocación personal.