El obispo de la diócesis de San Feliu de Llobregat, Xabier Gómez, ha hecho un llamamiento a la reflexión sobre el papel de la Iglesia en la sociedad actual en un artículo publicado esta semana en la revista diocesana.
En su texto, Gómez denuncia las crecientes tensiones culturales y políticas, y advierte sobre una “dinámica sutil de censura laicista o de colonización ideológica de las creencias religiosas”.
“Vivimos tiempos complejos”, comienza el obispo, “con tensiones culturales y políticas que a menudo se traducen en discursos excluyentes”. En este contexto, afirma que “la Iglesia, como tantos otros actores sociales, se ve interpelada”. Según Gómez, cuando la voz de la Iglesia o su acción “no se ajustan a determinadas visiones de la sociedad, se cuestiona su presencia pública”. Esto, añade, exige “una reflexión serena pero necesaria”.
El obispo deja claro que la Iglesia no busca privilegios ni poder político. “No somos una ONG ni debemos parecer una extensión de ningún poder político o ideológico”, advierte. En cambio, define a la Iglesia como “una comunidad de fe plural, llamada a servir, acoger, integrar y anunciar el Evangelio de la vida y de la paz”.
También subraya la necesidad de diálogo y autocrítica: “Nuestra historia nos ha enseñado la importancia de la autocrítica, de la escucha y del diálogo sincero con otras visiones y creencias”. Y añade: “No aspiramos a tener privilegios ni a imponer nada a nadie, pero sí pedimos poder contribuir, como cualquier otra entidad, al bien común con libertad y respeto”.
Gómez se muestra preocupado ante lo que considera un retroceso en el respeto a la pluralidad: “Me preocupa ver crecer actitudes extremas o excluyentes que, desde posiciones ideológicas (políticas), coinciden en querer censurar o limitar la pluralidad y el diálogo”.
En su artículo, critica la imposición de una visión única: “La verdadera libertad no consiste en imponer una sola visión del mundo, sino en abrir espacios donde todos podamos expresarnos y aportar”. Según el obispo, esto implica “reconocer en cada institución, colectivo y persona un valor que aportar”, incluyendo a las confesiones religiosas.
Ante los recientes acontecimientos ocurridos “dentro y fuera de Cataluña” durante el mes de julio, Gómez se pregunta si la sociedad no está entrando en “una dinámica sutil de censura laicista o de colonización ideológica de las creencias religiosas”.
“La convivencia democrática no se consigue suprimiendo la diferencia, sino aprendiendo a convivir con ella”, afirma. En ese sentido, insiste en que deben tener cabida “la voz y la acción tanto de la Iglesia como de otras confesiones religiosas, con sus convicciones y sus límites, pero también con su voluntad sincera de servir y construir juntos el bien común”.
El artículo concluye con una apelación a extender el espíritu de acogida más allá del ámbito eclesial: “Solemos decir a menudo que en la Iglesia cabe todo el mundo, pero ¿y en nuestras calles y plazas?” Gómez subraya que ese deseo de inclusión no debe limitarse “a los templos”, sino también debe vivirse “en las calles y en las plazas de nuestras ciudades y pueblos”.
El texto del obispo Xabier Gómez se presenta como una defensa firme del papel activo de las confesiones religiosas en la vida pública, en una sociedad que, según él, debe ser capaz de integrar y no excluir.
Escribir un comentario