La joven madrileña fortalece su fe en el Jubileo de los Adolescentes en Roma

Nerea, una joven de 14 años de Madrid, ha participado en el Jubileo de los Adolescentes en Roma, un evento que ha reforzado su fe. Este encuentro, que tuvo lugar recientemente en el Vaticano, congregó a cerca de 200 adolescentes de la diócesis de Madrid, quienes experimentaron momentos de profunda espiritualidad y comunida

Acompañada por otros jóvenes de la diócesis de Madrid y convocados por Jóvenes Madrid, Nerea destacó la alegría de encontrarse con otros adolescentes creyentes y la intensa presencia divina que sintió en el Vaticano. Aunque no tuvo la oportunidad de ver al Papa, valoró profundamente el haber cruzado la Puerta Santa y los momentos de oración compartidos. Fray Alfonso Dávila, quien acompañó al grupo, preparó a los jóvenes con una microcatequesis para comprender la solemnidad del evento.

El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, jugó un papel crucial al cruzar la Puerta Santa con los jóvenes y organizar un encuentro en la iglesia nacional española de Santiago y Montserrat. Durante este encuentro, animó a los adolescentes a vivir su fe con valentía, reforzando el sentido de comunidad entre ellos.

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La Misa del domingo, parte de los Novendiales por el Papa, fue un momento de alegría y reflexión para todos los jóvenes del jubileo. Cada mención al Papa Francisco por parte del cardenal Parolin emocionaba a los presentes. Más tarde, el encuentro con el Cardenal Cobo estuvo lleno de momentos significativos, donde los jóvenes pudieron hacer preguntas y recibir consejos para encontrar a Dios en su vida diaria.

A pesar de la desilusión inicial por no poder asistir a la canonización de Carlo Acutis, los adolescentes se adaptaron y vivieron el jubileo como un evento histórico. Javier Martiño, uno de los responsables, destacó cómo los jóvenes comenzaron a comprender la magnitud de la Iglesia universal. La experiencia fue una oportunidad para acompañarlos y ayudarlos a entender el significado de lo que estaban viviendo.

El evento permitió a los adolescentes experimentar la unidad de la Iglesia, cuidándose mutuamente ante las dificultades. El encuentro con el cardenal Cobo en Montserrat fue especialmente significativo, dando sentido a su participación en el jubileo. La experiencia fortaleció el sentido de comunidad entre los jóvenes, quienes regresaron a Madrid con una renovada perspectiva espiritual.