El arzobispo de Madrid, José Cobo, destacó en su homilía la importancia del "sí" a Dios y la humildad como caminos para descubrir la cercanía divina durante la celebración en Navacerrada.
El Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidió la solemne Eucaristía de la Natividad de la Virgen María en la parroquia de Navacerrada el pasado 8 de septiembre. Durante su intervención, destacó el esfuerzo de los fieles por ser el rostro visible de la Iglesia, subrayando que esta no se compone solo de piedras, sino de cada uno de los presentes. En su homilía, el cardenal enfatizó que Dios camina con nosotros y celebra junto a su pueblo, animando a los fieles a reconocer su presencia constante.
En el contexto del cumpleaños de María, el Cardenal Cobo resaltó la importancia del "sí" a Dios como un signo de esperanza y un recordatorio del valor de nuestras decisiones iniciales. Al referirse al proyecto divino, afirmó que cada persona es parte del plan de Dios y que decir "sí" a Él genera una corriente infinita de presencia divina en la humanidad. Subrayó que la humildad y obediencia son caminos para descubrir la cercanía divina.
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El arzobispo también habló sobre cómo Dios realiza su proyecto a través de los pequeños, como María. Comparó esta idea con las genealogías del Evangelio, donde personas comunes son cauces para la historia de salvación. Destacó que lo único necesario es la humildad y el "sí" confiado de los creyentes. Mencionó a María como una mujer de esperanza y concluyó pidiendo vivir con paciencia, valentía y apertura al plan divino.
Al concluir la celebración, Pablo Marina, párroco de Navacerrada, agradeció al cardenal Cobo por su presencia en esta festividad tan significativa para el pueblo. Expresó su deseo de seguir celebrando juntos muchos años más, fortaleciendo así el sentido comunitario entre los fieles.
