La colecta anual del Retirement Fund for Religious en Estados Unidos busca proporcionar asistencia financiera a más de 21.000 religiosos jubilados que dedicaron su vida al servicio de la Iglesia.
Durante el fin de semana del 13 y 14 de diciembre, los católicos de Estados Unidos participarán en la colecta anual del Retirement Fund for Religious, destinada a apoyar a más de 21.000 religiosas, religiosos y sacerdotes jubilados de diversas órdenes. Según informó la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), esta iniciativa, organizada por la Oficina Nacional de Jubilación Religiosa (NRRO), proporciona asistencia financiera crucial a los institutos religiosos que cuidan de sus miembros retirados.
Durante décadas, los consagrados en Estados Unidos han prestado servicio en múltiples ministerios, como escuelas, hospitales, parroquias y obras sociales, a menudo con escasa o nula remuneración. Sin embargo, en la actualidad, sus comunidades enfrentan un grave desequilibrio entre los crecientes costos del cuidado de los ancianos y los recursos limitados. En 2024, los religiosos mayores de 70 años superaron en número a los jóvenes casi en una proporción de tres a uno, y solo el 4% de las comunidades que reportaron a la NRRO indicaron tener fondos suficientes para la jubilación.
Desde su creación en 1988, el fondo ha sido "un salvavidas para nuestros religiosos ancianos, pero la necesidad sigue siendo urgente", señala el comunicado. El año pasado, la colecta recaudó 28.1 millones de dólares, mientras que el costo anual de atención superó los mil millones de dólares. El costo promedio anual por persona asciende a 56.600 dólares, y la atención especializada llega a los 96.000 dólares. En contraste, el beneficio promedio del Seguro Social para un religioso es de apenas 9.090 dólares, menos de la mitad del beneficio promedio de un laico.
Ante esta realidad, el director de la NRRO, John Knutsen, recordó que "durante décadas, el servicio fiel de estos religiosos ha tocado innumerables vidas, incluida la mía". "A través de su generosidad, podemos ayudar a garantizar que sean atendidos con la dignidad que justamente merecen, viviendo los valores de compasión y unidad que nos identifican como discípulos de Jesús", exhortó. Knutsen también subrayó la gratitud de las comunidades religiosas hacia los fieles: "Apoyar a nuestros religiosos ancianos es una profunda oportunidad para mostrar gratitud por toda una vida de servicio, y escuchamos durante todo el año cuán agradecidos están por ese apoyo".
Desde 1988, la colecta ha distribuido más de mil millones de dólares a institutos religiosos en todo Estados Unidos, sosteniendo el cuidado diario de los mayores, fortaleciendo los fondos de jubilación y financiando programas educativos sobre cuidado geriátrico y planificación a largo plazo. La USCCB recordó que "cada donación marca una diferencia, ofreciendo a los religiosos jubilados el cuidado y la dignidad que merecen".
