El líder de los Siervos de la Sagrada Familia, excomulgado por consagración episcopal sin mandato pontificio

El líder de los Siervos de la Sagrada Familia, excomulgado por consagración episcopal sin mandato pontificio

El padre Anthony D. Ward ha sido excomulgado por la Santa Sede tras admitir su consagración episcopal sin mandato pontificio.

El padre Anthony D. Ward, fundador de la comunidad tradicionalista Servants of the Holy Family (Siervos de la Sagrada Familia, SSF), reveló públicamente que fue consagrado obispo en secreto en 2024 sin contar con el mandato pontificio. Este acto ilícito le ha acarreado la excomunión automática por parte de la Santa Sede. La admisión se produjo tras la misa dominical del 16 de noviembre y confirmó que tanto Ward como el prelado que lo consagró incurrieron en excomunión latae sententiae, según notificó oficialmente el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

Los Siervos de la Sagrada Familia, fundados en 1977, tienen su sede en Colorado Springs (Colorado, EE.UU.). Se presentan como una comunidad católica tradicional semi-contemplativa dedicada exclusivamente a la celebración de la Misa tradicional en latín y al apostolado mediante la liturgia y los sacramentos según el rito antiguo. En su material público, afirman ser “fieles a la Misa latina tradicional y a la doctrina y moral católicas”, y señalan contar con el apoyo discreto de obispos que respaldan su misión. Sin embargo, carecen hasta ahora de estatus canónico reconocido, pues no están erigidos ni aprobados por autoridad eclesiástica alguna y operan al margen tanto de la diócesis local como de la Santa Sede.

Dicha situación irregular ha generado tensiones prolongadas con las autoridades eclesiásticas. En 2004, el entonces obispo de Colorado Springs, Mons. Michael Sheridan, advirtió a los fieles que los Servants of the Holy Family no formaban parte de la Iglesia Católica romana, invitándolos a abandonar esa comunidad para regresar a plena comunión con la Iglesia. En su carta pastoral, subrayó que “nadie puede pretender ser auténticamente católico si no está en comunión con el obispo diocesano y el Papa”, y señaló que ciertos sacramentos administrados por ellos, como el matrimonio y la confesión, carecían de validez debido a su separación jurisdiccional. Más tarde, en 2013, Mons. Sheridan emitió un decreto formal reiterando que Ward y su congregación “no estaban en buen pie con la Iglesia diocesana ni con la Iglesia universal”.

Anthony Ward, nacido en Estados Unidos, fue ordenado sacerdote en 1973 por el arzobispo francés Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX). Como sacerdote tradicionalista, desempeñó inicialmente el cargo de primer rector del seminario que dicha fraternidad estableció en Armada (Míchigan) durante los años setenta. Sin embargo, tras desacuerdos internos abandonó la FSSPX en 1976 y al año siguiente fundó su propia comunidad religiosa en Colorado: los Siervos de la Sagrada Familia.

Desde sus orígenes, esta congregación abrazó firmemente la liturgia tradicional preconciliar y una estricta adhesión al magisterio clásico. No obstante, rechazaron posturas cismáticas como el sedevacantismo; reconocen expresamente la autoridad del Papa y los obispos legítimos pero mantienen lo que describen como una “resistencia” frente a innovaciones doctrinales o litúrgicas consideradas incompatibles con la Tradición. Un rasgo característico ha sido su empeño por asegurar la validez sacramental: durante décadas recurrieron a obispos católicos plenamente en comunión —frecuentemente prelados retirados o provenientes de diócesis lejanas— para ordenar seminaristas, conferir órdenes menores, administrar confirmaciones y proveer anualmente los santos óleos; todo ello siguiendo exclusivamente los rituales tradicionales anteriores a 1970.

En una decisión sin precedentes para esta comunidad, Ward admitió haber recibido una consagración episcopal secreta sin autorización pontificia. Este hecho supone una grave infracción canónica que ha llevado a su excomunión automática conforme al derecho canónico vigente.

Aunque los detalles sobre el prelado consagrante permanecen reservados, esta situación pone nuevamente sobre relieve las dificultades derivadas del actuar fuera del cauce eclesial legítimo. La Santa Sede reafirma así su postura frente a las consagraciones episcopales ilegítimas y subraya que sólo aquellas realizadas con mandato pontificio gozan de plena validez canónica.

Pese a las tensiones acumuladas durante décadas entre los Siervos de la Sagrada Familia y las autoridades eclesiásticas locales y romanas, este episodio confirma las consecuencias jurídicas previstas ante actos contrarios al ordenamiento canónico y al magisterio constante sobre el ministerio episcopal.

A partir de ahora, corresponde observar cómo se desarrollarán las posibles vías para restablecer plena comunión canónica o esclarecer futuras actuaciones pastorales respecto a esta comunidad tradicionalista.

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Jimena Roldán
4 horas hace
La excomunión del padre Anthony D. Ward evidencia una ruptura con la Iglesia. Aunque los Siervos de la Sagrada Familia se presenten como defensores de la tradición, su falta de reconocimiento oficial pone en duda su validez. La unión con el Papa es clave para evitar caer en un cisma disfrazado de tradición.
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