Exclusiva: Revelamos el lugar secreto donde Cristina Moreira será "consagrada obispa" en un acto ajeno a la Iglesia católica

Iglesia Noticias ha podido confirmar en exclusiva el lugar donde tendrá lugar una controvertida ceremonia que se pretende hacer pasar por una “consagración episcopal” católica.

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Será este martes 24 de junio a las 16:00 en el Pazo do Armesto, situado en el municipio de Brión (provincia de La Coruña). La protagonista es Cristina Moreira, quien desde hace años se autodenomina falsamente "sacerdotisa católica", desafiando abierta y reiteradamente la doctrina de la Iglesia.

Hasta ahora, los organizadores habían mantenido el más absoluto hermetismo sobre el lugar exacto del evento, probablemente para evitar el rechazo que este tipo de actos suele suscitar entre los fieles católicos y el escándalo público.

Sin embargo, diversos medios y blogs vinculados al progresismo eclesial han jaleado y promovido este teatrillo como si se tratara de un avance para la Iglesia, cuando en realidad se trata de una burda parodia litúrgica sin ningún reconocimiento ni validez canónica.

Desde el punto de vista doctrinal, el evento carece absolutamente de legitimidad y contradice de manera frontal la enseñanza de la iglesia católica, que ha reiterado de forma clara e irrevocable —por ejemplo, en la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis de san Juan Pablo II— que la Iglesia no tiene en modo alguno potestad para conferir la ordenación sacerdotal a mujeres, y que esta enseñanza debe ser tenida como definitiva por todos los fieles.

Por tanto, Cristina Moreira no es sacerdotisa, no será obispa y nunca podrá serlo, por mucho que ella y sus promotores insistan en ello. Lo que tendrá lugar el martes 24 de junio no es un acto litúrgico legítimo, sino una provocación gravísima contra la comunión de la Iglesia, su magisterio y su fidelidad a Cristo.

La elección de un formato cuasi clandestino, en un pazo apartado, revela no solo el carácter marginal de la iniciativa, sino también la conciencia de sus impulsores de estar actuando al margen —y en contra— de la Iglesia a la que afirman pertenecer. Lejos de ser un gesto profético, lo que se celebrará en Brión es un gesto de ruptura y escisión, una ofensa pública a la fe que muchos viven con seriedad y fidelidad.