El Obispo de Málaga avisa a los nuevos sacerdotes: "Las ideologías contrarias al evangelio y a la doctrina de la Iglesia penetran en las comunidades cristianas"

El Obispo de Málaga avisa a los nuevos sacerdotes: "Las ideologías contrarias al evangelio y a la doctrina de la Iglesia penetran en las comunidades cristianas"

La Catedral de Málaga acogió el sábado la solemne ceremonia de ordenación de los dos nuevos presbíteros Antonio del Río y José Ignacio Postigo, en una emotiva Eucaristía presidida por el obispo diocesano, monseñor Jesús Catalá.

En el marco del Año Jubilar 2025, el prelado destacó la misión de los nuevos sacerdotes como instrumentos de la misericordia de Dios y sembradores de la esperanza teologal. En la celebración también participó monseñor Francisco Pérez, arzobispo emérito de Pamplona que desde su retiro vive en Málaga.

En su homilía, Catalá enmarcó la vocación de los ordenandos en el espíritu del Jubileo, cuyo lema es “Peregrinos de la Esperanza”. Invitó a los nuevos presbíteros a ser fieles y dóciles al Espíritu Santo, ejercitando con ahínco el ministerio de la reconciliación: “Dios nos ha encargado el mensaje de la reconciliación y ha puesto en nosotros ese ministerio”, recordó citando a San Pablo. Insistió, además, en la necesidad de ofrecer habitualmente el sacramento de la penitencia, incluso sin que los fieles lo soliciten.

Cuidar del rebaño… y de uno mismo

El obispo también alertó sobre los peligros que amenazan a los pastores y a la comunidad eclesial. En palabras inspiradas en los Hechos de los Apóstoles, exhortó a los nuevos sacerdotes a cuidar de sí mismos y del rebaño encomendado. No obstante, el obispo Catalá les hizo a los nuevos sacerdotes la siguiente advertencia: "Y tened cuidado del rebaño; la tarea no es fácil, porque hay lobos feroces que atentan contra las ovejas y no tienen piedad del rebaño (cf. Hch 20, 29). Las ideologías contrarias al evangelio y a la doctrina de la Iglesia penetran en las comunidades cristianas y dentro de nosotros mismos por ósmosis, de manera casi imperceptible, y se hace necesario descubrir y curar".

“Si se quema el cura, no puede haber ministerio”, advirtió, animando a los presbíteros a mantenerse vigilantes y a fomentar la unidad del presbiterio por encima del activismo pastoral individual.

Ser fecundos, no productivos

Catalá animó a desterrar la mentalidad mundana que mide el éxito pastoral en cifras: “La Iglesia no busca productividad, sino fecundidad”. Recordó que la fecundidad del ministerio no depende solo del esfuerzo humano, sino de la gracia de Dios. A través de la parábola del sembrador, puso en valor la modesta fecundidad que nace del testimonio fiel, aun cuando gran parte de la semilla parezca perderse.

El obispo de Málaga insistió en que para lograr eso "es necesario también salir de la mentalidad mundana".

“Ya no os llamo siervos, os llamo amigos”

En el tramo final de la homilía, el obispo profundizó en la amistad con Cristo como eje del sacerdocio. Recurriendo a palabras del papa Benedicto XVI, subrayó que ser sacerdote es “convertirse en amigo de Jesucristo con toda nuestra existencia”. Invitó a los nuevos presbíteros a ser hombres de oración, cuya vida exhale “la fragancia de la unción sacerdotal”.

Catalá concluyó pidiendo a los fieles que recen por los nuevos presbíteros y por nuevas vocaciones. “La mies es abundante y los obreros pocos”, recordó. Encomendó a la Virgen de la Victoria el ministerio de Antonio y José Ignacio, y pidió que sean fieles a la misión que la Iglesia les confía.

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