El cardenal Gerhard Müller ha señalado que es el "progresismo", y no la tradición, lo que está dividiendo a la Iglesia Católica, en respuesta a una declaración del Papa León XIV sobre la polarización entre "tradición y novedad".
En una reciente entrevista con Raymond Arroyo en el programa The World Over de EWTN, el cardenal Gerhard Müller, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, expresó su preocupación por la influencia del progresismo en la Iglesia Católica. Müller afirmó que esta ideología está causando divisiones internas, en contraste con la tradición, que considera un pilar esencial junto con la Sagrada Escritura y el Magisterio. Según el cardenal, el progresismo está llevando a compromisos morales y a la relativización de sacramentos fundamentales, como el matrimonio, al permitir la bendición de parejas homosexuales, una práctica autorizada por el Vaticano bajo el pontificado del Papa Francisco a través de Fiducia Supplicans.
El Cardenal Müller también abordó la controversia en torno a las restricciones impuestas a la Misa Tradicional en Latín. Criticó la falta de una justificación teológica sólida para estas restricciones y señaló que la única razón presentada es la autoridad, sin una explicación clara de lo que estaría mal con la forma litúrgica tradicional. Müller rechazó las afirmaciones del cardenal Blase Cupich de que la antigua Misa es un "espectáculo", argumentando que esta postura carece de fundamento teológico y parece más bien destinada a generar titulares.
Durante la entrevista, Arroyo mencionó una declaración del Papa León XIV a Crux en la que se sugiere que no hay problema en celebrar la Misa en latín si se utiliza el rito del Vaticano II. Müller respondió que el Concilio nunca propuso que se inventara una nueva liturgia porque la antigua fuera incorrecta, sino que el objetivo era facilitar la comprensión de la Misa debido al desconocimiento del latín por parte de los fieles. Subrayó que el rito tradicional ha permanecido inalterado desde los siglos IV o VI, y que no se puede desechar una liturgia tan antigua y venerada.
El cardenal calificó el ataque a la Misa Tradicional en Latín como una "lucha superflua" y abogó por evitar tales conflictos dentro de la Iglesia. Considera que la represión de la Misa en latín es una demostración de autoridad más que una preocupación por la salvación de las almas, y criticó que el Papa esté usurpando la autoridad de los obispos al ordenar la supresión de estas misas tradicionales.
Finalmente, Müller expresó su desacuerdo con la celebración reciente de Nostra Aetate en el Vaticano, que incluyó música y danza de Oriente Medio, advirtiendo contra la idea de que todas las religiones son iguales. Señaló que Nostra Aetate promueve una actitud ecuménica falsa al no fomentar la conversión a la verdadera fe y sugirió que los musulmanes podrían interpretar la instalación de una alfombra de oración en la Biblioteca Apostólica Vaticana como una aceptación de su superioridad.
