El 15 de mayo, la colegiata de San Isidro en Madrid acogió a cientos de fieles que se congregaron para celebrar una misa en honor a San Isidro, el patrón de la ciudad. La ceremonia fue presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, y contó con la presencia de autoridades civiles y devotos de diversas partes del mundo.
La misa comenzó a las 10:00 horas y fue co-presidida por los obispos auxiliares Juan Antonio Martínez Camino y Vicente Martín, junto con el obispo emérito de Carora, Luis Tineo. Durante su homilía, el cardenal Cobo destacó a San Isidro como un modelo de fe, esperanza y caridad, instando a los madrileños a seguir su ejemplo en la vida cotidiana.
Ayúdanos a mantener vivo este proyecto: DONAEl arzobispo subrayó las virtudes de San Isidro, un hombre humilde y devoto que, a través de su trabajo y oración, se convirtió en un referente espiritual para generaciones. Recordó que San Isidro aprendió a orar mientras trabajaba la tierra, confiando siempre en la Providencia, y enfatizó la importancia de permanecer unidos a la vid, en referencia a la Palabra de Dios, para dar fruto en la comunidad.
Además, el cardenal Cobo habló sobre la relevancia de sembrar la fe, la esperanza y la caridad en la Iglesia de Madrid. Explicó que San Isidro invita a los fieles a enraizarse en Cristo y a vivir una fe perseverante. También destacó la importancia de la esperanza y la caridad, recordando que el santo dedicaba parte de sus ganancias a los pobres, un gesto que los madrileños deben emular.
Al finalizar la Eucaristía, los fieles formaron una cola para venerar los restos de San Isidro. Entre ellos, se encontraban Javier y sus hijos, quienes asistieron por primera vez a la Misa en la colegiata. También estaban presentes Domingo y sus sobrinos, quienes comenzarán el Camino de Santiago y ofrecieron su peregrinación por el alma del padre de Domingo y por el Papa León XIV.
Desde Tenerife, representantes de la hermandad de San Isidro en La Orotava acudieron a presentar sus respetos y ofrendas al santo. Entre los presentes estaba Daniel, el hermano mayor, quien pidió al santo la dedicación y fortaleza en el trabajo. La festividad de San Isidro reunió a devotos de diversas partes del mundo, reflejando su influencia y legado universal.
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