El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidió la vigilia del Jubileo de los misioneros digitales en la Basílica de San Pedro, destacando la importancia de la misión digital en la evangelización contemporánea.
El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidió la vigilia del Jubileo de los misioneros digitales en la basílica de San Pedro. En su homilía, el cardenal destacó la importancia de transmitir la Palabra a través de voceros de paz, subrayando que los misioneros digitales tienen esta misión. Bajo el vitral del Espíritu Santo, más de mil creadores de contenido se reunieron para abrazar su misión digital con fervor.
Durante su intervención, el Cardenal Cobo habló sobre Jesús como el caminante que busca y rescata, situando a los evangelizadores digitales en una lógica de cercanía y compasión. Propuso abrir tres puertas al Señor: hospitalidad, paz y diálogo, y comunidad. La puerta de la hospitalidad invita a acoger a todos, especialmente a los más necesitados. Recordó que en los ojos de Dios vale más un corazón tocado por las bienaventuranzas que mil visualizaciones vacías.
La segunda puerta es la del diálogo y la paz, una llamada a construir puentes en lugar de trincheras. El cardenal enfatizó que evangelizar no es tener contenido perfecto, sino ser una presencia viva capaz de provocar encuentros y despertar esperanza. La tercera puerta recuerda que la misión es comunitaria. Subrayó que la misión digital no se realiza en solitario, sino en comunión, abriendo ventanas al Evangelio.
El cardenal Cobo reconoció el continente digital como una plaza inmensa y caótica, pero también fértil para la evangelización. Subrayó que cada creador es un narrador del Reino y un evangelizador con rostro humano. No se trata solo de repetir doctrinas o subir contenidos, sino de provocar preguntas y contar historias desde la hospitalidad y la verdad.
Para concluir su homilía, el cardenal hizo una invitación valiente a cada creador: ser parte del "nosotros" amplio y comunitario que enciende luces en la red. Recordó que Dios no necesita barquitas solitarias, sino navegantes humildes y audaces para cruzar este mundo con la luz de Cristo. Afirmó que el Espíritu Santo también navega en la red y aseguró a los presentes que la Iglesia les abraza, envía y confía en ellos durante este Jubileo digital.
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