San Pelagio, el joven mártir que defendió la castidad hasta la muerte

San Pelagio, el joven mártir que defendió la castidad hasta la muerte

En tiempos donde los valores parecen diluirse en medio del ruido social, conviene rescatar la figura de San Pelagio, un adolescente gallego del siglo X que dio su vida por permanecer fiel a su fe y a la virtud de la castida Su historia, más allá de su dramático final, ofrece a los jóvenes de hoy un modelo radical y luminoso de integridad, valentía y pureza.

Nacido en Galicia alrededor del año 911, Pelagio fue entregado como rehén al califato de Córdoba por su tío, el obispo Hermoygio de Tuy, en un intento por asegurar la paz con el poderoso califa Abd al-Rahman III. Pronto, la belleza, la inteligencia y la firmeza del joven cristiano llamaron la atención del califa, quien le ofreció riquezas, honores y una vida de lujos si accedía a abandonar su fe y entregarse a sus deseos.

Pero Pelagio, apenas un adolescente, rechazó con firmeza cualquier intento de seducción, defendiendo con dignidad su fe cristiana y su compromiso con la pureza. Ante su negativa, fue torturado durante seis horas y finalmente ejecutado el 26 de junio del año 925. La Iglesia lo honra como mártir de la castidad, y su figura ha sido especialmente venerada en Galicia, León y Córdoba donde el seminario diocesano lleva su nombre en su honor.

Un modelo de virtud contracultural

En un contexto moderno marcado por la hiperexposición, la cultura del deseo inmediato y el relativismo moral, la figura de San Pelagio se presenta como un referente contracultural y profundamente humano. Su testimonio pone en valor virtudes como la fortaleza interior, la coherencia ética y el dominio de uno mismo, tan necesarias para la formación integral de los jóvenes.

En el año 2023, siendo obispo de Córdoba monseñor Demetrio Fernández, afirmó en su carta pastoral del mes de junio que "San Pelagio es una profecía para nuestro tiempo: la sexualidad es buena, la castidad la hace preciosa".

Hoy en día, diversos movimientos juveniles de inspiración cristiana rescatan su memoria como parte de itinerarios formativos centrados en la vivencia plena del amor, el respeto por el propio cuerpo y la defensa de la dignidad personal. Su historia es utilizada en retiros, encuentros y programas educativos como herramienta pedagógica para hablar de sexualidad, libertad y entrega.

Cada 26 de junio, la Iglesia celebra la fiesta de San Pelagio. Aunque no tan conocido como otros mártires, su figura ha recobrado interés en las últimas décadas por su carga simbólica en el ámbito de la formación afectiva de los adolescentes y su valiente testimonio frente a un poder que lo quería comprar.

Hoy, en medio de una sociedad que necesita referentes sólidos, Pelagio vuelve a hablar: no desde la fuerza, sino desde la ternura firme de quien supo decir "no" por amor a un "sí" más grande.

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