El arzobispo Udo Markus Bentz defiende la prohibición de abortos en las clínicas católicas, subrayando la importancia de un testimonio claro en materia de protección de la vida.
En el contexto de un debate continuo en Alemania sobre la regulación legal de los abortos, el arzobispo Udo Markus Bentz ha reafirmado el derecho de las clínicas católicas a no realizar interrupciones del embarazo. Durante un encuentro con medios de comunicación en Paderborn, Bentz enfatizó que la sociedad necesita un "claro testimonio" en cuestiones de protección de la vida. Según sus palabras, el perfil de valores de las instituciones eclesiásticas contribuye positivamente a una sociedad plural, ya que otros hospitales pueden tener perfiles diferentes. No obstante, Bentz subrayó la importancia de considerar siempre la situación de las mujeres que enfrentan embarazos no deseados y su entorno, asegurando que las instituciones católicas de salud y asesoramiento están siempre dispuestas a ayudar en la búsqueda de alternativas.
El arzobispo también expresó su preocupación por la polarización del debate sobre el aborto, advirtiendo que no debe dividir y polarizar a la sociedad como ha sucedido en los Estados Unidos. En relación con la controversia que involucra a la constitucionalista Frauke Brosius-Gersdorf y al ginecólogo Joachim Volz, Bentz lamentó y criticó los ataques personales y las difamaciones que se han producido. Destacó la necesidad de separar las discusiones sobre la protección de la vida al inicio y al final de la vida de los debates personales.
Brosius-Gersdorf había sido propuesta por el Partido Socialdemócrata (SPD) como candidata a jueza constitucional, pero su elección no se concretó debido a las reservas expresadas por la Unión respecto a su postura sobre el aborto. Por otro lado, el tribunal laboral de Hamm falló en contra de una demanda de Volz, confirmando el derecho del titular de la clínica a prohibirle realizar abortos, salvo en casos de riesgo para la vida de la madre. Volz ha anunciado su intención de apelar.
Bentz aclaró que el arzobispado no es un actor directo en el litigio de Lippstadt y, por lo tanto, no intervendrá en el proceso laboral. Sin embargo, la Iglesia Católica lamenta que el "compromiso arduamente alcanzado" sobre la regulación legal de los abortos esté siendo cuestionado, subrayando que la regulación actual respeta tanto el derecho a la vida y la dignidad del niño como la situación de las mujeres afectadas.