La Justicia italiana examina si una célula vinculada a ISIS-K planeó un atentado contra el Papa León XIV en su etapa como cardenal, durante la visita papal de julio de 2024 a Trieste. La policía local, sin embargo, recalca que no existen pruebas concluyentes de un proyecto homicida.
El 6 de julio de 2024, víspera de la visita papal, la policía localizó en el bar de la estación central de Trieste una pistola CZ-75 de calibre 9 mm, con cargador y 14 cartuchos. El hallazgo provocó la activación inmediata de un dispositivo de seguridad reforzado, con participación de unidades antiterroristas italianas y en coordinación con la Gendarmería vaticana. A pesar del riesgo, la visita se mantuvo y el Papa presidió al día siguiente la clausura de la Semana Social de los Católicos en Italia en la Piazza Unità d’Italia.
La Fiscalía de Trieste abrió diligencias por tenencia ilícita de armas y situó el caso en el marco de una posible trama terrorista. En el sumario se menciona la presencia de un sospechoso turco, identificado posteriormente como Hasan Uzun, en las inmediaciones de la estación, captado por las cámaras de seguridad. Las imágenes lo muestran con una camiseta negra con un tigre estampado y manipulando un teléfono mientras cambiaba la tarjeta SIM, instantes después de advertir la presencia policial.
En abril de 2025, las autoridades neerlandesas detuvieron en el aeropuerto de Schiphol a Hasan Uzun, ciudadano turco de 46 años, en virtud de una Orden Europea de Detención emitida por Italia. El arresto se produjo tras meses de investigación y vigilancia internacional. Tras diversos recursos, un tribunal de Ámsterdam autorizó su extradición el 19 de junio de 2025, y el sospechoso fue entregado a Italia el 27 de junio.
Según la fiscal Cristina Bacer, Uzun estaría vinculado al arma hallada en Trieste y formaría parte de una red turca relacionada con ISIS-K, facción activa en Europa. Se le investiga por tráfico y tenencia de armas y por la posible participación en un complot para atentar contra el Papa. El detenido, que actualmente se encuentra en régimen de aislamiento en Trieste, niega cualquier relación con el terrorismo y asegura no haber tenido vinculación con el arma ni con organizaciones extremistas.
La Questura de Trieste ha manifestado que, a día de hoy, “no ha emergido evidencia” que confirme un plan homicida contra el Pontífice. Las fuerzas de seguridad insisten en que, aunque el hallazgo del arma y los movimientos del sospechoso coinciden con la visita papal, no existen pruebas sólidas de que el detenido planificase un atentado. Esta cautela contrasta con la hipótesis de la Fiscalía, que vincula los hechos a una célula yihadista con ramificaciones en Europa.
Conviene recordar que la visita de julio de 2024 fue realizada por el Papa Francisco. Sin embargo, el caso adquiere hoy mayor relevancia porque el actual Pontífice es León XIV, el Papa Prevost, elegido el 8 de mayo de 2025, quien entonces era prefecto de la Congregación para los Obispos y acompañó estrechamente la organización de actos internacionales. La investigación, por tanto, reviste especial interés en el presente pontificado.
La información difundida en las últimas semanas por medios italianos como Il Piccolo, ANSA y Quotidiano Nazionale, y recogida en España por EFE y en Países Bajos por NL Times, refleja una doble narrativa: por un lado, la hipótesis de un complot islamista contra el Papa en Trieste; por otro, la prudencia de la policía que pone en duda la existencia de pruebas firmes. El proceso judicial en marcha deberá determinar si la presencia del arma y los movimientos de Hasan Uzun forman parte de un atentado frustrado o si se trata de un delito de armas sin conexión con el terrorismo.