El Cardenal José Cobo presidió la ceremonia de ordenación diaconal de dieciséis seminaristas en la Catedral de la Almudena, destacando la vocación permanente y el servicio generoso de los nuevos diáconos.

La Catedral de Santa María la Real de la Almudena fue el escenario de la ordenación diaconal de dieciséis seminaristas el pasado 21 de junio. La ceremonia, presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, congregó a numerosos fieles, incluidos familiares y amigos de los nuevos diáconos. Durante la Eucaristía, retransmitida en directo, el cardenal destacó la importancia del evento y agradeció a los presentes su compromiso con la Iglesia.

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En su homilía, el Cardenal Cobo centró su mensaje en tres conceptos clave: memoria, promesa y envío. Subrayó que este día es un testimonio de la fidelidad de Dios y un compromiso permanente al servicio eclesial. Además, enfatizó que el ministerio diaconal no es solo un paso hacia el presbiterado, sino una vocación permanente que conecta a los diáconos con todos los bautizados.

El arzobispo también reflexionó sobre el Evangelio de la multiplicación de los panes, destacando el papel del diácono como servidor generoso. Recordó a los nuevos diáconos que deben ser sanadores de soledades y servidores en la mesa de la Eucaristía. Asimismo, les instó a ser puentes entre Dios y su pueblo, promoviendo comunión y misericordia en un mundo polarizado.

La ceremonia culminó con la promesa de obediencia al obispo por parte de los ordenandos. Tras las letanías de los santos y la imposición de manos del cardenal Cobo, dieciséis nuevos diáconos fueron acogidos en el presbiterio madrileño. El cardenal concluyó agradeciendo a todos por su "sí" al servicio eclesial, asegurando que este compromiso fortalece al Pueblo de Dios.