La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado se celebrará en Zaragoza, organizada por la Delegación de Migraciones, destacando la importancia de la paz y el papel de los migrantes en las comunidades de acogida.
El próximo 5 de octubre, coincidiendo con el Jubileo de los migrantes en Roma, se celebrará la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado en toda la Iglesia. En la diócesis de Zaragoza, este evento será organizado por la Delegación de Migraciones, a quienes se agradece su labor durante el curso. Esta jornada busca subrayar la importancia de la paz y la necesidad de proyectos concretos por parte de ciudadanos y gobernantes para abordar el drama de la guerra, que obliga a muchos a emigrar.
El Papa León XIV, en su mensaje para esta jornada, bajo el lema «Migrantes, misioneros de esperanza», destaca el papel activo y la riqueza espiritual que los migrantes y refugiados aportan a las comunidades de acogida. El Papa nos invita a ver el drama de los desplazados desde su perspectiva y a reconocer la esperanza como la virtud que impulsa a estas personas a superar desafíos, convirtiéndolos en testigos de fe. La migración es presentada como una respuesta natural a la aspiración a la felicidad que Dios ha puesto en el corazón de cada persona.
Desde una perspectiva eclesial, la figura de los refugiados y migrantes refleja el camino de la Iglesia como un «pueblo peregrino». Cuando la Iglesia se vuelve «sedentaria», corre el riesgo de volverse «del mundo» en lugar de estar «en el mundo». La presencia de los migrantes es vista como una «bendición divina», una oportunidad para que la Iglesia se renueve y recupere su vocación misionera original. Se anima a vivir esta jornada como un momento de esperanza compartida, rezando especialmente por la paz mundial y la construcción de sociedades más justas.