En la protestantizada Alemania, país a la vanguardia en tratar de revolucionar la iglesia católica y cuyos frutos se traducen en que cada vez hay menos fieles y menos ordenaciones sacerdotales, existe desde hace años una campaña de acoso y derribo contral el cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki.
Desde hace años, organozaciones liberales y progresiatas tratan de desacreditar al cardenal Woelki por ser uno de los pocos prelados alemanes que se ha opuesto a las derivas sinodales de sus hermanos en el episcopado germano. El cardenal Woelki es un estorbo para algunos que dicen ser católicos en Alemania pero que en el fondo tienen detrás intereses oscuros y que para nada buscan el bien de la Iglesia. Por ello, es habitual que cada cierto tiempo se airean denuncias contra el cardenal Woelki siempre sobre un mismo asunto: no haber actuado correctamente en la gestión de algunos casos de abusos sexuales y que siempre niega.
Ahora, sorprendentemente esta nueva acusación contra él llega desde dentro. Le han denunciado canónicamente el Consejo Asesor para Víctimas de la Violencia de la conferencia episcopal Alemana.
Ante esta nueva e inesperada enuncia, la archidiócesis de Colonia ha emitido un comunicado en el que expresa la sorpresa del cardenal Woelki ante la iniciativa del Consejo, y califica las acusaciones como “manifiestamente infundadas”. Según el comunicado, la denuncia se basaría en "suposiciones y afirmaciones falsas", incluyendo la idea de que la Fiscalía habría determinado como jurídicamente acreditado que el cardenal emitió declaraciones “objetivamente falsas” bajo juramento en relación con su gestión de casos de abuso sexual.
“La Fiscalía no estableció legalmente tales hechos, ni la investigación se centró en esclarecer delitos sexuales ni en juzgar actos de abuso”, sostiene la nota. La Archidiócesis subraya que, en un Estado de derecho, “los tribunales —y no la Fiscalía— son los únicos competentes para emitir conclusiones legalmente vinculantes”, y afirma que en este caso no hubo tal pronunciamiento judicial.
El comunicado también niega que la investigación se archivara para evitar cargos. Asegura que fue la propia Fiscalía quien propuso el sobreseimiento al no hallar indicios suficientes, y que el tribunal aprobó esta medida conforme a derecho. “La presunción de inocencia sigue vigente en su totalidad”, recalca la Archidiócesis.
Asimismo, se rechazan otras acusaciones contenidas en la denuncia, como la supuesta negligencia en el manejo de expedientes o el posible engaño a víctimas, alegando que estas no están ni especificadas ni fundamentadas. La institución eclesiástica considera que dichas alegaciones “deben rechazarse rotundamente”.
En el cierre del comunicado, el cardenal Woelki lamenta no haber sido contactado previamente por los autores de la denuncia para un diálogo directo: “Habría deseado que los autores hubieran buscado un intercambio crítico con él. De ser así, una carta tan errónea probablemente se habría evitado”.
La denuncia canónica ahora deberá ser evaluada por las instancias correspondientes del derecho eclesiástico, mientras el caso sigue generando repercusión dentro y fuera de la Iglesia alemana.
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