La Archidiócesis de Chicago ha generado controversia al decidir otorgar un premio de trayectoria a un senador conocido por su apoyo a políticas contrarias a la doctrina católica.
La decisión de la Archidiócesis de Chicago de honrar al Senador Durbin con un premio de trayectoria ha suscitado un intenso debate dentro del ámbito católico. El senador, destacado miembro del Partido Demócrata de los Estados Unidos, ha sido un firme defensor de los derechos al aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo, posturas que chocan frontalmente con los principios morales de la Iglesia Católica. Además, ha promovido políticas que, según la Iglesia, violan la libertad religiosa, a pesar de ser él mismo católico.
El evento, que será presidido por el Cardenal Blase J. Cupich, Arzobispo de Chicago, se llevará a cabo en el Saint Ignatius College Prep. El cardenal, conocido por su inclinación a involucrarse en la política local y nacional con un enfoque frecuentemente partidista, ha sido criticado por honrar a un funcionario público que abiertamente desafía los principios fundamentales de la Iglesia. Esta acción contradice la declaración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) sobre la vida política, que establece que las instituciones católicas no deben honrar a quienes actúan en contra de sus principios morales fundamentales.
El senador Durbin ha sido previamente prohibido de recibir la Comunión en su propia diócesis por varios obispos, una medida que busca invitar a la conversión y el arrepentimiento. Sin embargo, al honrarlo se envía un mensaje contrario que podría poner en peligro su alma y debilitar la voz y el testimonio de los obispos frente a los políticos católicos.
El Cardenal Cupich ha demostrado ser un líder dispuesto a seguir su propio camino, a menudo en desacuerdo con sus hermanos obispos, lo que ha generado divisiones. Esta última acción de honrar a un defensor del aborto debería captar la atención del Papa León XIV. Aunque el Santo Padre no necesita amonestar públicamente al cardenal para mostrar su descontento, podría aceptar su renuncia dado que el cardenal ya ha superado la edad de jubilación y nombrar a un líder más alineado con su visión de sinodalidad ortodoxa y unidad entre los obispos.