La Navidad en Siria se celebra con solidaridad pese a las dificultades económicas

La Navidad en Siria se celebra con solidaridad pese a las dificultades económicas

Religiosos en Siria destacan la solidaridad navideña en medio de la crisis económica, mientras las comunidades cristianas y musulmanas buscan la paz y enfrentan desafíos como la migración y la disminución de la atención internacional.

La Navidad en Siria se vive entre el dolor y la fatiga, pero también con un espíritu de solidaridad. Monseñor Jaques Mourad, arzobispo de Homs de los sirios, destaca que Jesús ha elegido nacer en Siria, haciéndose refugiado y pobre, en solidaridad con quienes sufren. Desde Alepo hasta Homs, los religiosos relatan las preocupaciones de un pueblo que lucha por recuperar la normalidad en medio de dificultades económicas y sociales.

Monseñor Hannah Jallouf, vicario apostólico de Alepo de los latinos, describe cómo las calles están decoradas festivamente, aunque la situación económica sigue siendo difícil. El aumento de los precios del gasóleo y la electricidad absorbe gran parte del salario medio de un obrero. A pesar de los esfuerzos por crear un clima de reconciliación, el invierno riguroso y la carestía afectan a todos, cristianos y no cristianos.

La búsqueda de normalidad es un desafío constante. En Alepo, la parroquia de San Francisco de Asís, gestionada por los frailes, es un punto clave de asistencia socio-sanitaria. El padre Bahjat Karakash explica que, aunque se intenta devolver una apariencia de normalidad, el miedo y la inestabilidad persisten, impulsando la migración. La esperanza de una paz duradera es compartida por todas las confesiones cristianas y musulmanas del país.

El descenso demográfico sigue siendo una realidad, a pesar de las presiones internacionales para el regreso de los refugiados. La amenaza fundamentalista y la división del país en zonas controladas por fuerzas opuestas a la reconciliación complican el panorama. El padre Bahjat recuerda un reciente atentado en Palmira que afectó a militares estadounidenses, subrayando la necesidad de atención internacional.

El padre Bahjat enfatiza que, aunque Siria está llena de esperanza, la atención internacional ha disminuido. La solidaridad internacional sigue siendo fundamental, y la Iglesia universal es llamada a apoyar la reconciliación. Monseñor Mourad explica que los cristianos han decidido mantener un perfil bajo durante las fiestas, renunciando a actos públicos para mostrar solidaridad con quienes sufren, especialmente en la comunidad alauita y entre las familias cristianas con desaparecidos.

La Navidad en Siria se celebra con un sentido profundo de empatía y compasión. En el pesebre de la parroquia de Alepo, se ha colocado una reproducción del pesebre de Belén, conectando con el sufrimiento de Palestina y recordando a los hermanos que han sufrido en Gaza. Monseñor Mourad subraya que Jesús encarna la humanidad sufriente, llamando a los cristianos a compartir las dificultades de quienes no tienen nada, simbolizando la esperanza y el misterio de la Iglesia.

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