En una jornada especialmente significativa para millones de creyentes, la Casa Blanca ha difundido un mensaje presidencial con motivo de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, en el que el mandatario reconoce a todos los estadounidenses que celebran este día santo “honrando la fe, la humildad y el amor de María, madre de Jesús y una de las figuras más grandes de la Biblia”.
El Presidente recordó que los católicos celebran en esta fecha “lo que creen que es la libertad de María del pecado original como madre de Dios”, aludiendo al relato evangélico en el que la Virgen entra en la historia “cuando, según la Sagrada Escritura, el Ángel Gabriel la saludó en la aldea de Nazaret con la noticia de un milagro: ‘¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo’, anunciando que ‘concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús’”. Destacó también su actitud de entrega total: “María aceptó heroicamente la voluntad de Dios con confianza y humildad: ‘He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra’”.
El mensaje subraya que esta decisión “alteró para siempre el curso de la humanidad”, pues nueve meses después “Dios se hizo hombre cuando María dio a luz a un hijo, Jesús, quien ofrecería su vida en la Cruz para la redención de los pecados y la salvación del mundo”. El Presidente quiso recordar también la presencia constante de María en la historia espiritual del país, afirmando que “durante casi 250 años, María ha desempeñado un papel singular en nuestra gran historia americana”. Señaló la consagración realizada en 1792 por el obispo John Carroll, primer obispo católico en Estados Unidos, y mencionó que “menos de un cuarto de siglo después, los católicos atribuyeron la asombrosa victoria del general Andrew Jackson sobre los británicos en la Batalla de Nueva Orleans a María”, una tradición que se mantiene con una misa anual de acción de gracias.
El comunicado destaca además la influencia de María en figuras centrales del catolicismo estadounidense como Elizabeth Ann Seton, Frances Xavier Cabrini y Fulton Sheen, y recuerda que el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en la capital del país, la honra siendo “la iglesia más grande de Norteamérica”. También se subraya la permanencia del himno “Ave María”, “amado por innumerables ciudadanos”, así como el legado de instituciones fundadas bajo su nombre, incluyendo cerca de cincuenta universidades y colegios.
El Presidente enlaza esta devoción con la celebración próxima del 12 de diciembre, fecha en la que fieles de Estados Unidos y México honran a la Virgen de Guadalupe, recordando que su devoción “se originó en el corazón de México en 1531”, donde hoy se levanta la Basílica dedicada a ella. Añadió que, al acercarse el 250 aniversario de la independencia estadounidense, el país reconoce “con total gratitud el papel de María en el avance de la paz, la esperanza y el amor en América y más allá de nuestras costas”.
Asimismo, el mensaje evoca el gesto del papa Benedicto XV, quien, “en medio de la Primera Guerra Mundial”, encargó una estatua de María, Reina de la Paz, con el Niño Jesús y una rama de olivo, para que los fieles se inspiraran en su ejemplo y rezaran por el fin de la contienda. “Pocos meses después, la Primera Guerra Mundial terminó”, subraya el comunicado, invitando hoy de nuevo a recurrir a María “mientras rezamos por el fin de la guerra y por una nueva y duradera era de paz, prosperidad y armonía en Europa y en todo el mundo”.
El mensaje concluye recordando las palabras que han acompañado a generaciones de creyentes en momentos de necesidad, reproduciendo de forma íntegra la oración del Ave María: “Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”
