El obispo de Río Gallegos llama a la unidad y al diálogo en el Tedeum por la Revolución de Mayo

En la conmemoración del 215.º aniversario de la Revolución de Mayo, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires acogió el tradicional Tedeum, presidido por monseñor Jorge García Cuerva, obispo de Río Gallegos. Durante su homilía, el prelado transmitió un mensaje de esperanza cristiana, centrado en la unidad nacional y el compromiso con el bien común.
Ante autoridades del Estado, representantes de diferentes credos y fieles congregados, García Cuerva expresó que “Argentina no está muerta, solo adormecida”, aludiendo a la necesidad de reavivar el espíritu comunitario y de trabajar juntos en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
El obispo insistió en la urgencia de recuperar el diálogo como herramienta indispensable en tiempos de crisis. Inspirado en la doctrina social de la Iglesia, destacó que el desarrollo humano integral debe situarse en el centro de toda acción política, económica y social. “No hay patria sin prójimo”, afirmó, recordando que toda transformación auténtica comienza en la solidaridad concreta y cotidiana, más allá de diferencias ideológicas. En su intervención, subrayó también la responsabilidad de cada ciudadano en la edificación de una nación basada en el respeto a la dignidad humana y en la búsqueda del bien común.
La celebración concluyó con una oración solemne por la paz y el progreso de la Argentina, elevada en unidad por todos los presentes. El Tedeum, tradición litúrgica vinculada a las fechas patrias, ofreció una ocasión propicia para fortalecer la comunión espiritual y renovar el compromiso con los valores evangélicos en la vida pública. La homilía de monseñor García Cuerva se enmarca en una línea pastoral coherente con el Magisterio de la Iglesia, que orienta a la sociedad hacia una mayor cohesión, inspirada en la verdad, la caridad y el servicio.
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