El cardenal Cobo ordena a un nuevo monje benedictino en el Valle de los Caídos: “Tu ministerio será una luz para esta comunidad”

El cardenal de Madrid, José Cobo, presidió este fin de semana la ordenación sacerdotal de Miguel Torres, monje de la comunidad benedictina, en una solemne celebración litúrgica celebrada en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
Durante la homilía, Cobo animó al nuevo presbítero a ser testimonio de entrega en medio de la comunidad: “Tu ministerio será una luz para acoger y afrontar la vida de esta comunidad desde el mismo Jesucristo que se ofrece por todos para traer la verdadera paz a nuestro mundo”.
Esta ordenación marca un hito histórico en la vida religiosa del enclave, no solo por el ingreso de un nuevo sacerdote en la comunidad monástica, sino porque es la primera vez que se hacen públicas imágenes del Cardenal Cobo celebrando en el Valle de los Caídos, lugar ha estado en el centro del debate político y religioso en los últimos años.
Un acercamiento inédito del cardenal al Valle
Desde la salida del padre Santiago Cantera como prior del Valle de los Caídos —una decisión que muchos atribuyen a una operación coordinada entre la Iglesia madrileña y el Gobierno de España—, el cardenal Cobo ha dado muestras claras de su voluntad de acompañar y renovar la vida espiritual del monasterio. Su presencia en esta ordenación no solo es un signo de cercanía pastoral, sino también un mensaje eclesial de reconciliación, integración y futuro.
Fuentes eclesiales indican que el arzobispo de Madrid ha intensificado sus lazos con la comunidad benedictina desde la transición en el priorato, acompañando un proceso de transformación que busca abrir el Valle a un nuevo tiempo, marcado más por la dimensión litúrgica y espiritual que por la carga política del pasado.
Precisamente el cardenal quiso estar cerca de ellos mientras estaba bajo el foco de la noticia hace escasos meses cuando tuvieron que elgir al nuevo prior. El cardenal José Cobo se acercó al Valle de los Caídos para hablar con la comunidad, escuchar a los monjes y contarles lo que estaba haciendo la iglesia española y el Vaticano por defender la sacralidad de la Basílica y la presencia de la comunidad benedictina en el lugar.
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