El obispo de Hiroshima pide el desarme nuclear en el 80 aniversario del bombardeo

El obispo de Hiroshima pide el desarme nuclear en el 80 aniversario del bombardeo

El obispo Alexis Mitsuru Shirahama destaca la importancia de recordar el bombardeo atómico para promover la paz y el desarme nuclear, agradeciendo el apoyo del Papa León XIV a estas iniciativas.

El obispo Alexis Mitsuru Shirahama de Hiroshima ha compartido un mensaje contundente con motivo del 80 aniversario del bombardeo atómico que devastó Japón. En su texto, el prelado subraya la necesidad de revelar la naturaleza inhumana de las armas nucleares y pide un mundo libre de estas amenazas. Shirahama enfatiza que el recuerdo de aquel trágico evento debe servir como una llamada a la paz y a la reconciliación entre las naciones.

El obispo destaca que, a pesar del tiempo transcurrido, las heridas causadas por el ataque nuclear siguen presentes en la memoria colectiva de los japoneses. Según él, es fundamental que las generaciones actuales y futuras comprendan el sufrimiento infligido por las armas nucleares para evitar su repetición. Además, Shirahama hace hincapié en la importancia de la educación y el diálogo como herramientas para promover una cultura de paz.

En su mensaje, Shirahama también menciona el papel crucial que desempeñan las instituciones religiosas en la promoción de la paz mundial. El obispo anima a los líderes religiosos a unir esfuerzos para pedir por el desarme nuclear y fomentar una convivencia pacífica entre los pueblos. Asimismo, resalta la responsabilidad compartida de todas las naciones en trabajar juntas hacia un futuro sin armas nucleares.

Por otra parte, el obispo Shirahama agradece al Papa León XIV por su constante respaldo a las iniciativas de paz y desarme. Aunque no participa directamente en este evento conmemorativo, el Sumo Pontífice ha manifestado en diversas ocasiones su compromiso con un mundo libre de armas nucleares. La postura del Papa refuerza los esfuerzos del obispo y otros líderes religiosos en su lucha contra estas amenazas globales.

Shirahama concluye su mensaje con una reflexión sobre la esperanza y la resiliencia del pueblo japonés. A pesar del doloroso pasado, el obispo confía en que Japón puede ser un ejemplo para el mundo en términos de reconciliación y construcción de paz. Su llamado resuena no solo en Hiroshima, sino también en todos aquellos comprometidos con un futuro más seguro y humano para todos.

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