El emotivo adiós del obispo de Novara a Don Matteo: "No sé cuándo dejará de llorar mi corazón"

El emotivo adiós del obispo de Novara a Don Matteo: "No sé cuándo dejará de llorar mi corazón"

Con profundo dolor y una atmósfera de recogimiento, la comunidad diocesana de Novara despidió este martes 8 de julio a Don Matteo Balzano, el joven sacerdote que se quitó la vida el pasado sábado 5 de julio.

Las exequias fueron presididas por el obispo de Novara, monseñor Franco Giulio Brambilla, en la iglesia colegiata de San Vittore de Cannobio, donde Don Matteo ejercía su ministerio. Por la tarde, la celebración continuó en Grignasco, su pueblo natal, presidida por Dom Adriano Ciocca Vasino, obispo misionero en Brasil y originario de la misma comunidad.

Durante la homilía, monseñor Brambilla compartió con los fieles tres preguntas clave que —dijo— surgen “inevitablemente ante el drama de una muerte que nos hiere y desconcierta”. Con voz emocionada, el obispo instó a no rehuir el dolor, sino a transitarlo en comunión con Cristo: “Vivir la Pascua del Señor es el profundo significado del ministerio sacerdotal. Pascua significa paso, y también en las tinieblas estamos llamados a caminar junto a Él”.

Dirigiéndose a los sacerdotes, a las familias y a los jóvenes, el prelado remarcó la necesidad de escuchar, acompañar y hablar con lenguajes de comunión, sin negar los miedos ni los silencios del alma. Al referirse especialmente a los jóvenes del oratorio de Cannobio —donde Don Matteo había dejado una huella imborrable— el obispo leyó un mensaje escrito por ellos y leído por Alessia, una joven de la parroquia: “Fuiste más que nuestro guía: fuiste nuestro amigo sincero… Nuestra relación contigo no ha terminado, solo ha cambiado. Porque sabemos que siempre estarás con nosotros”.

El obispo finalizó su homilía improvisando unas sentidas palabras escritas tras su primer encuentro con los jóvenes tras la tragedia: “Dulce hermano, joven huérfano con el corazón roto,llorando sin cesar. No sé cuándo dejará de llorar mi corazón”.

La muerte de Don Matteo, cuya causa ha causado consternación en la diócesis, se convierte así —en palabras del obispo— en una llamada urgente “a volver a poner el cuidado del alma en el centro de nuestras vidas”, frente a un mundo que muchas veces “nos distrae con otras prioridades”.

La comunidad diocesana continúa acompañando en oración a la familia de Don Matteo, a sus amigos y a todos los que compartieron su breve pero intensa vida sacerdotal.

Comentarios
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Gonzalo Martín
2 meses hace
La pérdida de Don Matteo nos recuerda la fragilidad humana y la importancia de cuidar las almas con verdadera atención, sin esconder el dolor, en coherencia con la doctrina y el ejemplo de Cristo.
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Ester Guevara
2 meses hace
La pérdida de Don Matteo nos recuerda que la fe también enfrenta heridas profundas. Es un llamado a cuidar el alma con ternura y a no dejar que el silencio esconda el dolor en nuestro corazón.
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Manuel Rodríguez
2 meses hace
En la tradición católica, la muerte de un sacerdote nos recuerda la fragilidad humana y la esperanza en la resurrección. La tristeza del obispo refleja la misericordia divina que acoge al alma. Una llamada a cuidar el alma en medio de las distracciones del mundo.
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Saúl Pérez de la Cruz
3 meses hace
¿Acaso la Iglesia no debe priorizar el cuidado espiritual y psicológico? La tristeza por Don Matteo revela que algo en la comunidad está fallando y necesita atención real, no solo palabras emotivas.
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Rebeca De la Fuente
3 meses hace
Lamentar la pérdida y reflexionar sobre el cuidado espiritual, sí, pero también debemos cuestionar cómo la Iglesia aborda el bienestar mental de sus sacerdotes en un mundo que exige más apoyo emocional.
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