Santiago Martín: “Los ataques al Papa León XIV demuestran que va por el buen camino”
El Padre Santiago Martín ha publicado un nuevo vídeo en su canal de YouTube, en el que ofrece una reflexión sobre las primeras semanas del pontificado de León XIV y las señales que, según él, confirman que el Papa está actuando en la dirección correcta. Destaca el nerviosismo de ciertos sectores eclesiales ante sus recientes intervenciones, especialmente por su defensa clara de la doctrina católica sobre la evangelización, la familia y el matrimonio. El sacerdote también comparte su experiencia en la audiencia concedida por el Papa a los responsables de movimientos eclesiales, subrayando el papel esencial de los carismas en la vida de la Iglesia. Según Martín, los recientes ataques que comienzan a surgir contra el nuevo Pontífice son una prueba de que está cumpliendo fielmente su misión.
A continuación, ofrecemos la transcripción íntegra del vídeo publicada por el Padre Santiago Martín.
Una de las pruebas de que el Papa León lo está haciendo bien es que ya han comenzado a atacarle los tiburones.
Es cierto que, por el momento, se trata de tiburones pequeños, de segunda categoría, por así decirlo, enviados por quienes tienen dientes más afilados, con el objetivo de advertir al Papa sobre el rumbo que está tomando.
Porque si continúa en esta dirección, se enfrentará a ataques mucho más poderosos.
Están nerviosos, y no les falta motivo: esperaban otra cosa.
Pero el Papa, con ese estilo que ya vamos conociendo —claridad doctrinal y serenidad al expresarla— está abordando cuestiones muy diversas, como el origen de los recursos necesarios para la evangelización, en el caso concreto de América, o el verdadero sentido del matrimonio y la familia.
La pasada semana se cumplieron setenta años de la creación del CELAM, la institución que agrupa a todas las conferencias episcopales de América desde México hacia el sur.
El CELAM ha sido una estructura imprescindible y de gran utilidad para la Iglesia en América Latina, aunque a lo largo de su trayectoria ha atravesado momentos de luz y también de sombra.
Conviene recordar algunas de sus asambleas y también los conflictos internos que se produjeron.
El Papa, que ha vivido muchos años en un país latinoamericano como Perú, conoce bien esta realidad, incluida la preocupante pérdida de católicos en un continente en el que más del 90 % de la población era tradicionalmente católica, una pérdida que se dirige hacia la increencia o hacia distintas formas de sectarismo.
Por ello, ha querido enviar un telegrama con motivo del 70º aniversario del CELAM, en el que señala que, si bien es imprescindible evangelizar, los recursos deben proceder de la Palabra de Dios, de la Tradición y del Magisterio. Ha mencionado estos tres pilares —y solo estos—, lo que ha incomodado a más de uno.
En América, además, existe una rica tradición evangelizadora, con miles de misioneros españoles y santos que han entregado su vida por anunciar el Evangelio.
Palabra, Tradición y Magisterio: con estos fundamentos, afirma el Papa, ha de renovarse la evangelización del continente latinoamericano.
No extraña que estén nerviosos.
El pasado domingo tuvo lugar el Jubileo de las Familias.
En su homilía, el Papa comenzó afirmando que la vida humana, desde su concepción, es un don, y que ese don no puede ser despreciado ni destruido por el hombre. Sin mencionar la palabra "aborto", condenó el aborto de forma inequívoca.
Esto debe ser subrayado. También fue una constante en el pontificado del Papa Francisco, que siempre se mostró absolutamente en contra del aborto.
Pero el Papa León continuó su mensaje refiriéndose a la familia, y lo hizo citando expresamente la encíclica Humanae Vitae de san Pablo VI, en su número 9: «El matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: un amor total, fiel y fecundo».
Para muchos puede pasar desapercibido, pero mencionar la Humanae Vitae ya basta para que a ciertos sectores se les erice el cabello, como en aquella famosa película de la niña del exorcista.
Durante años se ha teorizado que el matrimonio es un ideal, y que por tanto, si no se alcanza ese ideal, debe aceptarse una forma atenuada: si el 10 es el ideal y solo se llega al 7, 6 o 4, habría que tolerarlo.
De ahí la pretensión de aceptar como válidas algunas uniones fuera del matrimonio, entre ellas las de divorciados vueltos a casar sin nulidad o las uniones homosexuales.
Frente a estas teorías, el Papa León, de forma delicada pero firme, ha citado la Humanae Vitae: el matrimonio no es un ideal.
Y por si eso no bastara, ha evocado también —aunque sin citarla literalmente— la Veritatis Splendor de san Juan Pablo II, en su número 103: «Sería un error gravísimo concluir que la norma enseñada por la Iglesia es en sí misma un ideal, que deba luego adaptarse proporcional y gradualmente a las posibilidades concretas del hombre».
El Papa no citó esta frase de forma textual, pero el contenido está presente en su mensaje.
La afirmación de que el matrimonio no es un ideal ha sido sostenida con claridad desde san Pablo VI, pasando por san Juan Pablo II y el cardenal Ratzinger, y defendida con particular ironía por el cardenal Caffarra, quien, en una de sus observaciones, dijo:
«Imagínese usted la reacción de una esposa a quien su marido le dijera: “La fidelidad contigo es un ideal al que aspiro, pero como aún no lo he alcanzado, tendrás que aceptar mis infidelidades”.»
Este debate lleva décadas en la Iglesia. Ahora, el Papa León se suma a esta misma línea, y por ello los tiburones han comenzado a moverse.
En la mañana de este viernes, el Papa concedió una audiencia a los presidentes de los movimientos de espiritualidad y asociaciones, y en calidad de presidente de los Franciscanos de María, he podido estar presente.
Apenas han pasado unas horas.
Durante su breve discurso, el Papa afirmó con claridad que los carismas no son algo accesorio o accidental, sino una dimensión esencial en la vida de la Iglesia.
Recordó que la jerarquía y el sacramento del orden existen para administrar la gracia objetivamente mediante los sacramentos, la predicación de la Palabra y el gobierno pastoral.
Y subrayó, como pedían muchos cardenales antes del cónclave, que debe recuperarse el triple munus del ministerio ordenado: santificación, enseñanza y gobierno.
Tras esto, volvió a referirse a los movimientos como expresión carismática del Espíritu Santo, y afirmó que el Espíritu distribuye libremente los carismas para que la gracia dé frutos de vida cristiana.
Citó también a san Juan Pablo II en su histórica homilía de 1998, durante el encuentro mundial de movimientos, cuando afirmó que jerarquía y carismas son coesenciales en la constitución divina de la Iglesia fundada por Cristo.
Así pues, no solo el orden sacramental, sino también los carismas que se manifiestan en los movimientos y nuevas congregaciones religiosas, son parte constitutiva de la Iglesia.
Finalmente, el Papa recordó que unidad y misión son las dos prioridades del ministerio petrino, y pidió expresamente a los movimientos y asociaciones que le ayuden en esta tarea.
«Ayudadme» —repitió varias veces—. «Ayudadme siendo fermentos de unidad y evangelizadores en un mundo que está perdiendo el conocimiento del Salvador».
El Papa León ha vuelto a colocar a los movimientos en el centro del tablero evangelizador, justo en un momento en que muchos atraviesan una etapa de crisis.
Cristo en el centro.
Carismas y jerarquía, coesenciales.
Un motivo más para dar gracias a Dios por el Papa León, y una llamada directa a nuestra fidelidad, compromiso y oración.
Seguimos rezando por el Papa.
Y sí, los tiburones han empezado a rodear.
Lo que, en el fondo, es señal de que el Papa lo está haciendo bien.
Hasta la semana que viene, si Dios quiere.
Escribir un comentario