León XIV felicita al Nápoles y subraya el valor social del deporte en una audiencia en el Vaticano

En una reciente audiencia en el Vaticano, el Papa León XIV recibió a los jugadores del equipo de fútbol del Nápoles, recién proclamados campeones de la Serie A italiana, y destacó la importancia del trabajo en equipo y los valores evangélicos como fundamentos para el bien común.
Durante su intervención, el Santo Padre enfatizó que, aunque el fútbol pueda parecer solo un juego, encierra un profundo valor social. “Los talentos individuales deben ponerse al servicio del grupo”, manifestó, resaltando que la verdadera victoria no se mide únicamente por los títulos obtenidos, sino por la capacidad de cooperar, sacrificarse mutuamente y crecer juntos.
El Papa felicitó al equipo napolitano por su éxito deportivo, subrayando que cada logro legítimo es resultado del esfuerzo conjunto, la perseverancia y la solidaridad. Añadió que el deporte constituye una escuela de vida donde se aprenden valores como el respeto, la colaboración y la convivencia, esenciales para cualquier comunidad humana.
El deporte como instrumento de comunión y testimonio
León XIV reiteró la enseñanza del Magisterio reciente sobre el deporte, especialmente en documentos como Dar lo mejor de uno mismo (Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, 2018), destacando que practicado con integridad puede ser un camino hacia la santificación, un lugar de fraternidad y un medio eficaz para la evangelización indirecta.
El Pontífice exhortó a los jugadores y técnicos a ser ejemplos vivos de disciplina, respeto, humildad y entrega. “El verdadero campeón es aquel que sabe servir”, enfatizó.
Compromiso del Vaticano con el deporte como cultura del encuentro
Esta audiencia se inscribe dentro del compromiso del Vaticano de fomentar el deporte como herramienta para la mejora social y personal, especialmente entre los jóvenes. Mediante estas iniciativas, se busca reinterpretar el deporte desde una perspectiva cristiana, subrayando su papel en la formación integral de las personas y en la edificación de una sociedad más justa e inclusiva.
Con acciones como esta, el Papa León XIV sigue la línea de sus predecesores al recordar que la Iglesia acompaña activamente al mundo del deporte, orientándolo hacia su dimensión más trascendente: ser expresión del don de sí mismo y medio de comunión entre los pueblos.
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