El obispo de Alcalá de Henares alerta sobre los pecados contra la Eucaristía en una carta a sus fieles.
A finales de octubre, Monseñor Antonio Prieto Lucena, obispo de Alcalá de Henares en España, dirigió una carta a sus fieles en la que denunció los pecados cometidos contra la Eucaristía. En su misiva, destacó la importancia de las iniciativas de adoración eucarística que se multiplican en las parroquias, recordando que la Eucaristía es "la fuente y el culmen de toda la vida cristiana". Subrayó que nuestra santidad personal y vitalidad apostólica dependen directamente de nuestra relación con este sacramento, y advirtió que descuidarla puede conducir a una "anemia espiritual".
El prelado manifestó su dolor ante la falta de respeto hacia la Eucaristía y los sacrilegios cometidos contra ella. Citó el Catecismo de la Iglesia Católica, que define el sacrilegio como un pecado grave, especialmente cuando se dirige contra la Eucaristía, pues en este sacramento está presente sustancialmente el Cuerpo de Cristo. Además, recordó que el Código de Derecho Canónico establece la excomunión automática para quienes profanen las especies consagradas, una pena que únicamente el Papa puede levantar.
Monseñor Prieto Lucena insistió en que el amor de Cristo presente en la Eucaristía lo hace vulnerable a tales ofensas, por lo que nuestra respuesta debe ser la reparación mediante gestos de amor y ternura donde otros han mostrado odio o desprecio. Para ello, citó a santa Margarita María de Alacoque y al Papa Pío XI, quienes promovieron fervientemente esta reparación frente a las ofensas al Santísimo Sacramento. Asimismo, mencionó al venerable Fulton J. Sheen, quien se inspiró en el martirio de una niña china durante la persecución comunista, que arriesgó su vida para adorar y recibir la comunión con hostias profanadas.
La carta concluyó con una bendición pastoral para los fieles de su diócesis, animándolos a vivir con mayor fidelidad y devoción hacia el misterio eucarístico.
