La Virgen del Pilar: símbolo de la unidad y la esperanza en Zaragoza

La devoción a la Virgen del Pilar en Zaragoza se celebra cada 12 de octubre, destacando su papel como símbolo de unidad y esperanza, y atrayendo a fieles de diversas partes del mundo.

La fiesta de Nuestra Señora del Pilar es un acontecimiento que llena de emoción a los aragoneses. Según la tradición, hace casi dos mil años, la Virgen María visitó al apóstol Santiago en Zaragoza, dejando la Sagrada Columna como símbolo de su presencia. Este hecho singular convierte a Zaragoza en la única ciudad, junto con Tierra Santa, que ha contado con la presencia de María durante su vida terrena. La devoción al Pilar se refleja en la jaculatoria “Bendita y alabada sea la hora”.

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En los jardines vaticanos, cerca de la gruta de la Virgen de Lourdes, se encuentra una representación de la Virgen del Pilar junto al apóstol Santiago, realizada en cerámica valenciana. Este momento especial fue presenciado por peregrinos y catequistas de la diócesis, quienes se sintieron llenos de alegría y gratitud. La Virgen dejó un Pilar de jaspe, que simboliza la certeza y esperanza de un pueblo, siendo un faro de identidad y cohesión social a lo largo de la historia de Zaragoza y Aragón.

El Pilar es un patrimonio espiritual que se actualiza con intensidad durante las fiestas. Cada 12 de octubre, Zaragoza se convierte en un lugar de encuentro para quienes ofrecen flores a Santa María. La devoción al Pilar ha trascendido fronteras, extendiéndose desde el Reino de Aragón a Europa y, tras el encuentro con América en 1492, a los pueblos de la Hispanidad. La Virgen del Pilar se erige como un emblema de unidad y fraternidad, ofreciendo consuelo y esperanza en tiempos de conflicto y soledad.

Desde su Santa Capilla, la Virgen del Pilar invita a construir puentes en un mundo necesitado de diálogo y reconciliación. En estos días festivos, se pide a la Virgen que ampare y llene de paz a la sociedad y al mundo. ¡Felices fiestas del Pilar!