La Iglesia Ortodoxa Georgiana ha expresado su rechazo a las condiciones planteadas por la Unión Europea en el marco del proceso de adhesión de Georgia, especialmente aquellas relacionadas con los derechos de la comunidad LGBT, que la institución considera contrarias a los valores tradicionales del país.
Georgia solicitó formalmente su adhesión a la Unión Europea el 3 de marzo de 2022, en paralelo a Moldavia y pocos días después de Ucrania. En diciembre de 2023, recibió el estatus de país candidato, pero las negociaciones se suspendieron a finales de 2024 por un período de cuatro años. Uno de los principales puntos de fricción con Bruselas ha sido la legislación aprobada en octubre de 2024, que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción por parte de parejas homosexuales, la representación pública de la identidad de género y la visibilidad de la comunidad LGBT en medios y eventos públicos.
En una declaración oficial, la Iglesia Ortodoxa Georgiana denunció que las recomendaciones europeas –que exigen la derogación de dicha ley– han generado una profunda preocupación entre sus fieles. La institución sostiene que la normativa georgiana busca proteger los valores familiares y la infancia frente a lo que denomina “propaganda LGBT”, y considera que cualquier intento de modificarla atenta contra la voluntad popular y las raíces cristianas del país.
“Durante años, representantes de la UE aseguraron que la integración europea de Georgia no implicaría la imposición de estilos de vida contrarios a nuestras tradiciones”, recordó el Patriarcado. Además, subrayó que en múltiples encuentros con el patriarca Ilia II se reafirmó que no habría presiones para abandonar principios considerados esenciales por la Iglesia y buena parte de la sociedad.
La Iglesia lamenta que esas promesas no se estén respetando. Según su visión, las nuevas exigencias de la UE vulneran compromisos anteriores y provocan una dicotomía entre el proyecto europeo y la defensa de los valores tradicionales.
“La inclusión en las recomendaciones europeas de medidas que obligarían a derogar leyes de protección a los menores resulta decepcionante y contradictoria con los fundamentos del cristianismo”, afirmó el comunicado.
La institución religiosa reiteró su respaldo a la actual legislación georgiana y concluyó que la aspiración europea no debe ir acompañada de renuncias a los principios culturales y espirituales que, aseguran, forman parte esencial de la identidad nacional.
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