El vicaire general del diócesis de Estrasburgo, Hubert Schmitt, ha presentado su dimisión tras el revuelo suscitado por su reciente nombramiento, a pesar de haber sido investigado por presuntos abusos sexuales en el pasado.
El pasado 10 de septiembre, el chanoine Hubert Schmitt anunció su renuncia al cargo de vicaire general del diócesis de Estrasburgo, decisión motivada por el "emoi" generado tras su reciente nombramiento. Schmitt, de 71 años, había sido objeto de una investigación judicial por presunta agresión sexual a un menor en los años 90, la cual fue archivada por prescripción de los hechos. En un comunicado publicado en el sitio web de la Iglesia Católica en Alsacia, Schmitt expresó que presentó su dimisión al arzobispo de Estrasburgo, Monseñor Pascal Delannoy, quien la aceptó.
Desde la publicación de un artículo en Rue 89 Strasbourg el 26 de agosto, varios medios habían destacado la controversia en torno a su retorno a un puesto de responsabilidad. En 2023, Schmitt fue apartado por el entonces arzobispo de Estrasburgo, Monseñor Luc Ravel, tras la apertura de una investigación por presunta agresión sexual a un monaguillo de 13 años en 1993. Aunque las acusaciones fueron consideradas "creíbles" por la fiscal de Mulhouse, Schmitt negó los hechos, alegando que solo había ofrecido refugio al joven durante una tormenta. La investigación fue finalmente archivada en octubre de 2024.
El diócesis de Estrasburgo, a través del padre Jean-Luc Liénard, otro vicaire general, justificó la reincorporación de Schmitt apelando a la presunción de inocencia y a la buena reputación del sacerdote. Sin embargo, la reactivación de Schmitt en sus funciones generó polémica y críticas, especialmente de Emmanuel Siess, quien lo había acusado, y del colectivo Voix libérées, que agrupa a víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.
En una carta publicada por Tribune Chrétienne, varios sacerdotes del diócesis expresaron su indignación por la promoción de Schmitt y solicitaron una visita apostólica de la autoridad romana. Este caso se suma a otras controversias recientes en la Iglesia, como la promoción del padre Dominique Spina en Toulouse, lo que ha llevado a la Conferencia de los Obispos de Francia a intervenir. La Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) había estimado en 2021 que 330,000 menores fueron víctimas de abusos desde 1950, subrayando la magnitud del problema al que se enfrenta la Iglesia.