Los obispos de Francia inician una peregrinación aTierra Santa en la abadía de Abu Gosh
Los obispos de Francia inician una peregrinación aTierra Santa en la abadía de Abu Gosh

Los obispos de Francia han iniciado su peregrinación en la emblemática abadía mixta de Abu Gosh, en Tierra Santa, destacando su compromiso con el diálogo interreligioso y la paz.

Entre el 16 y el 20 de agosto, la Presidencia de la Conferencia de los Obispos de Francia ha emprendido un significativo viaje a Israel, caracterizado por momentos de oración, encuentros con comunidades cristianas locales y visitas a lugares de gran simbolismo. Este desplazamiento, en un contexto marcado por el conflicto y el sufrimiento, busca ser un signo de solidaridad, fraternidad y esperanza.

El punto de partida de su peregrinación ha sido la abadía Sainte-Marie-de-la-Résurrection en Abu Gosh, situada al oeste de Jerusalén. Este lugar, de gran relevancia espiritual, histórica y patrimonial, encarna la memoria cristiana de los cruzados, la fidelidad monástica benedictina y el diálogo interreligioso. Abu Gosh, mencionado en la Biblia como ciudad fronteriza entre las tribus de Judá y Benjamín, ha sido un asentamiento humano desde tiempos prehistóricos, con vestigios romanos aún visibles.

En el siglo XII, los cruzados, concretamente la Orden de San Juan de Jerusalén, identificaron el lugar como el Emmaús del Evangelio, a "dos horas de marcha de Jerusalén" (Lc 24, 13). En 1143, construyeron una iglesia románica, cuyas frescas bizantinas, aunque dañadas, aún se conservan. Tras la caída del reino de Jerusalén en 1187, el edificio fue abandonado y utilizado como granero. En 1873, el Imperio Otomano cedió el sitio a Francia, y en 1900, monjes benedictinos de la abadía de Belloc establecieron un monasterio, seguido por los padres lazaristas en 1953. En 1976, monjes del Bec-Hellouin y monjas restauraron la vida monástica, convirtiéndose en abadía autónoma en 1999.

La comunidad de Abu Gosh es única por su carácter mixto, reuniendo a monjes y monjas que viven por separado pero comparten el oficio divino. Siguiendo la regla de San Benito, sus días se dividen entre el silencio, el trabajo y la acogida, manteniendo lazos fraternales con la población musulmana local. El padre Louis-Marie Coudray, antiguo superior, afirmó: "Aquí, no venimos a convertir, sino a testimoniar la presencia de Cristo resucitado en la vida cotidiana. Es a través de la oración y la amistad que construimos puentes con nuestros vecinos". Una monja añadió: "Vivir en Abu Gosh es aprender cada día que la paz comienza en las relaciones simples, en el respeto y la escucha. La liturgia, cantada aquí desde hace siglos, es nuestra manera de decir al mundo que la esperanza nunca se apaga".

En octubre de 2013, se inauguró un memorial en honor al cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París de 1981 a 2005, en los jardines de la abadía, iniciativa del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia. El presidente del CRIF, Richard Prasquier, el gran rabino René-Samuel Sirat y el cardenal André Vingt-Trois participaron, subrayando "la voluntad de los judíos de honrar al cardenal" y su papel como constructor de puentes entre tradiciones.

Al elegir comenzar su peregrinación en Abu Gosh, los obispos de Francia han querido destacar la importancia del testimonio monástico en una región herida. "Nuestra presencia es un signo de fraternidad y aliento para quienes trabajan por la paz", han manifestado. Los próximos días del viaje estarán marcados por más encuentros con comunidades cristianas locales y momentos de oración, con el objetivo de alimentar la esperanza y reforzar el diálogo entre los pueblos. Es motivo de alegría que los obispos hayan iniciado su peregrinación en un lugar de oración e historia, donde la memoria del cardenal Lustiger une más allá de las divisiones.

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