La misa, presidida por Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, se celebró en la Estación Constitución, reuniendo a diversas asociaciones y colectivos en apoyo a las víctimas de la trata.
El pasado 23 de septiembre, el Arzobispado de Argentina celebró la décimo octava Misa en solidaridad con las víctimas del tráfico y la trata de personas. Bajo el lema “Por una sociedad sin esclavos ni excluidos”, la Iglesia busca recordar y orar por los afectados por estos delitos, animando a la sociedad a superar la indiferencia. La Eucaristía, presidida por Jorge García Cuerva, arzobispo de Buenos Aires, se centró en la parábola del buen samaritano, comparando el sufrimiento de las víctimas actuales con el hombre asaltado en el texto bíblico.
La ceremonia tuvo lugar en la Estación Constitución de Buenos Aires y contó con la participación de obispos auxiliares, asociaciones, movimientos de trabajadores excluidos, fundaciones y la familia del Hogar de Cristo, entre otros. Se unieron en oración con trabajadores cartoneros, mujeres en situación de prostitución, víctimas del tráfico y trata laboral y sexual, migrantes y personas con adicciones. Jorge García Cuerva exhortó a los presentes a actuar como samaritanos, comprometiéndose personalmente con las víctimas.
En su homilía, el arzobispo hizo un llamamiento a vencer la indiferencia hacia las víctimas de la trata de personas y la explotación sexual. Subrayó la importancia de conmoverse y actuar no desde la distancia sino involucrándose directamente con las víctimas. Además, destacó el trabajo de las asociaciones civiles y comunidades parroquiales, animándolas a continuar su labor a pesar de las dificultades. Concluyó con un enérgico rechazo a la trata y tráfico de personas.