Antonio Valín Valdés, obispo de Tui-Vigo, ha emitido un mensaje navideño en el que resalta la importancia de la luz, la esperanza y el compromiso con los más necesitados durante estas festividades.
El obispo de Tui-Vigo, Antonio Valín Valdés, ha difundido su mensaje para la Navidad de 2025, en el que subraya el valor de la luz y la esperanza propias de esta solemnidad. Citando al profeta Isaías, recordó que “el pueblo que caminaba en la oscuridad vio una gran luz”, una imagen que simboliza la presencia de Dios entre nosotros. Para el prelado, la Navidad es un tiempo propicio para el asombro y la contemplación, que invita a mirar la realidad con el corazón y a reconocer en el Niño de Belén un llamamiento a la fraternidad.
En su alocución, Valín Valdés destacó asimismo que esta celebración es ocasión para abrir las puertas del hogar y convertirse en refugio para quienes buscan amparo. Además, insistió en la necesidad del reencuentro tanto con Dios como con quienes nos rodean, promoviendo así la construcción de puentes y superando las diferencias. La Navidad representa, por tanto, una oportunidad para la transformación personal y social impulsada por el amor divino.
El obispo concluyó animando a vivir estas fechas como un tiempo pleno de sueños y esperanza. Recordó que Dios se hace presente para toda la humanidad con un mensaje de amor eterno. En este sentido, exhortó a ser testigos de esa luz y a manifestar signos concretos de ternura y cuidado hacia los más necesitados. Por último, deseó a todos una Navidad colmada de Dios, de los pobres, de luz y esperanza, subrayando que nunca debe faltar la paz.
