La Iglesia Católica en Myanmar celebra una Navidad marcada por el conflicto

La Iglesia Católica en Myanmar celebra una Navidad marcada por el conflicto

La celebración navideña en Myanmar se ve afectada por la violencia, con restricciones en las tradiciones y desplazamientos forzados, mientras los católicos intentan mantener la esperanza en medio del conflicto.

La Iglesia Católica en Myanmar afronta la Navidad en un contexto marcado por la violencia y el conflicto interno. En las zonas centrales del país, donde no se registran combates, los fieles podrán asistir a la misa de Nochebuena, aunque el ambiente estará cargado de inseguridad y temor. Joseph Kung, laico católico de Yangon, señala que muchas tradiciones navideñas han sido abandonadas debido a la guerra y al toque de queda. La celebración tendrá un carácter sobrio, pues el espíritu navideño se ve empañado por el sufrimiento y la tristeza.

En el norte de Myanmar, la situación es especialmente grave en ciudades como Mindat, Bamaw y Myitkyina. Padre John Aung Htoi, sacerdote de Myitkyina, informa que los cristianos no podrán celebrar debido al conflicto y los bombardeos. Muchos pasarán la Navidad en campos de desplazados internos o refugiados en los bosques, luchando por sobrevivir. Los sacerdotes intentarán llevar esperanza a estas comunidades, ofreciendo consuelo a quienes soportan una situación precaria desde hace casi cinco años.

En Loikaw, el obispo Celso Ba Shwe celebrará su tercer año consecutivo de Navidad lejos de la catedral de Cristo Rey, ocupada por el ejército birmano desde noviembre de 2023. Este templo sigue siendo una base militar y no se sabe cuándo será devuelto a la comunidad. En algunas zonas bajo control militar, los cristianos son obligados a celebrar la Navidad para aparentar condiciones pacíficas ante las elecciones del 28 de diciembre.

La pequeña comunidad católica de Myanmar, que suma alrededor de 750.000 fieles —aproximadamente el 1% de la población— vive esta Navidad aferrada a la esperanza. Sacerdotes, consagrados y catequistas se esfuerzan por respaldar a quienes sufren, brindando consuelo y ayuda material. En la parroquia de Nuestra Señora del Rosario en Mandalay se atiende a 650 desplazados que residen en el complejo eclesial, confiando en la Providencia divina.

Comentarios
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Martí Escribano
Ayer
Celebrar la Navidad en medio de la desesperanza de Myanmar es un reto. Sin embargo, en estos momentos oscuros, la fe puede ser un faro de esperanza. Los católicos, con el apoyo de sus líderes, encuentran en su comunidad un refugio que les ayuda a resistir y mantener viva la esperanza.
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